Una mujer que ejerce la prostitución fue la única testigo de la tentativa de robo en la que un policía terminó con la vida de un presunto delincuente.
La muerte de Rodrigo Martínez -un joven habitante del asentamiento Junín de Las Heras- se produjo ayer a las 22 en la lateral Este del Acceso Norte, casi frente al supermercado Tadicor, en Las Heras.
El joven recibió seis disparos que salieron del arma de un policía que vive por la zona y que en ese momento estaba entrenando, vestido con ropa deportiva y con una riñonera donde tenía su arma y el teléfono.
En la escena del crimen se recogieron 15 vainas de pistola 9 milímetros. Seis proyectiles impactaron en la zona pectoral y en los brazos de la víctima.
Según los investigadores, el policía “runner” iba corriendo por la lateral y fue interceptado por los jóvenes que se movilizaban en una moto.
Lo quisieron asaltar
Uno de ellos, Martínez, se bajó del vehículo portando una pistola 9 milímetros y amenazó al policía. Lo sacó de la calle, llevándolo cerca de unos depósitos con la intención de robarle en un lugar más discreto.
En esa instancia, el uniformado sacó el arma y le disparó varias veces al presunto delincuente.
Luego disparó también contra el hombre que manejaba la moto pero, por lo que se sabe, no lo habría herido, aunque tal vez los proyectiles pudieron haber dado en el vehículo.
Esta secuencia fue vista por una mujer que ejerce la prostitución en la zona, transformándose así en la única testigo del caso.
“Ella no habría visto la tentativa de robo, sólo vio cuando empezaron los disparos”, explicó una fuente policial.
Fue el mismo policía quien llamó al 911 para denunciar el tiroteo. Minutos más tarde llegó al lugar el fiscal de Homicidios, Horacio Cadile, quien ordenó que se periciara la escena del crimen.
Los investigadores secuestraron el arma del policía cuyo cargador estaba casi vacío y también otra pistola 9 milímetros que estaba cerca del cuerpo del presunto delincuente.
"En el bolsillo del joven se encontró un cargador de 9 milímetros", afirmó un investigador.
Se cree que el joven llevaba el cargador fuera del arma -algo ya visto en otros casos- porque cuando se detiene a un delincuente con el arma “no apta para el disparo”, el delito que enfrenta tiene una pena menor que cuando está en condiciones de dispararse.
El policía que disparó ofreció una declaración informativa en la que explicó que el joven abatido quiso robarle. El caso está calificado como averiguación homicidio pero todo indica que sería en legítima defensa.