Desde estas columnas y otras secciones de nuestro diario se ha insistido reiteradamente en que el alcohol al volante, mata. Las estadísticas y la crónica policial convalidan esa aseveración.
El Gobierno de Mendoza ha intentado, en ésta y otras administraciones, implementar acciones, planes y medidas para tratar de despejar del horizonte de los mendocinos la espada de Damocles que significan los incidentes de tránsito con víctimas mortales o lesiones gravísimas para las personas involucradas. El alcohol ha contribuido a que esos sucesos ocurran.
La nueva herramienta disponible es interesante y figura en otras legislaciones provinciales y del extranjero: el Programa del Conductor Designado, o asignado, como se llama en otras jurisdicciones.
En nuestro medio ha sido instituido mediante la ley número 8.630 y se puso en práctica 8 meses después de que fuera aprobada por la Legislatura, en diciembre del año pasado.
La medida tiene como objetivo evitar accidentes viales a la salida de los boliches bailables por consumo excesivo de alcohol, preservando la vida de los jóvenes.
Propone que un grupo de amigos, antes de salir a divertirse en horario nocturno, seleccione a uno de ellos para que esa noche no tome, y se haga responsable de manejar el vehículo y llevar al resto de "la barra" a sus domicilios.
En el caso concreto de Mendoza, se designa un conductor al que se le practica el control de alcoholemia y luego de que se verifique que da cero, se le coloca una pulsera identificatoria, registrando luego sus datos personales y presentando su licencia de conducir a una autoridad policial y al encargado o dueño del local de diversión.
Interesante es que en el programa mendocino se han involucrado los ministerios de Salud y de Transporte, además de los organismos viales provinciales y municipales, y la Agencia de Seguridad Vial.
En primera instancia lo que se está buscando por parte del Poder Ejecutivo es trabajar sobre la prevención e inclinar a participar a la mayor cantidad de jóvenes, por lo que semana por semana se intentará arrimar a más involucrados.
Obviamente cuando se detecten casos de alcoholemia, se pondrán en marcha los mecanismos policiales pertinentes, que incluyen dar asistencia a quienes así lo requieran.
También está previsto que los chicos voluntarios, que se apostarán los fines de semana en las puertas de los boliches, intentando generar conciencia entre sus pares, tal vez no sean recompensados económicamente, pero no se descarta que se los retribuya con capacitación o reconocimiento social, sin descartar el otorgamiento de becas de estudio o para clubes.
Este programa mendocino es parte de la campaña mendocina de prevención de accidentes viales "Vida y vuelta". Los resultados se verán pronto, cuando los técnicos revisen los operativos realizados y los resultados logrados.
Como siempre hemos sostenido, esta programación funcionará mejor si los padres se involucran, porque la franja etaria más vulnerable es la comprendida por personas de entre 18 y 25 años.
Pero, como no sólo los jóvenes beben, no estaría mal que a nivel de los grupos familiares también se implementaran medidas similares cada vez que hay una salida para disfrutar un momento de esparcimiento o asistir a fiestas donde la bebida es un complemento más de las reuniones.
En esas circunstancias se podría implementar un mecanismo similar y tratar de que uno de los integrantes de la salida no consuma.
El alcohol es un peligroso denominador común que se asocia con la velocidad, el sueño, la falta de reflejo y las distracciones, casi siempre con resultados fatales. Debe ser combatido de todas las formas posibles.