Una policía "rapera" logró evitar una pelea entre bandas en Buenos Aires

La oficial intervino con habilidad musical y empatía para calmar un tenso momento entre jóvenes en La Matanza.

Una policía "rapera" logró evitar una pelea entre bandas en Buenos Aires

Las discusiones entre dos bandas levantaron temperatura en el partido bonaerense de La Matanza pero gracias a la habilidad de una policía la situación no pasó a mayores. Todo se inició cuando una denuncia de vecinos al 911 alertó a los policías que llegaron al lugar. La mayoría de los que estaban allí eran menores de edad y según informaron varios estaban en estado de ebriedad y algunos consumían drogas.

La presencia de uniformados no calmó la situación. Muchos de los que estaban allí empezaron a abuchear a los policías y a arrojarles piedras. Uno de los jóvenes, con evidencias físicas de estar narcotizado, cuestionó en voz alta la presencia policial al tiempo que un tercero comenzó a arrojar piedras contra el grupo policial recién arribado.

La tensión iba en aumento porque las discusiones entre las bandas de jóvenes y la agresión a los policías amenazaba con transformarse en violencia mayor cuando uno de los jóvenes gritó: "¡Sacale el arma!". Fue allí que la oficial identificada como "Ayelén S." separó a los menores del grupo mientras su compañero requisaba a los mayores.

Para tranquilizarlos la oficial les dijo que le contaran lo que pasaba y si lo hacían rapeando ella respondería de la misma forma. Fue en ese momento que empezaron un duelo de rap en el que no estuvo ausente la crítica a la presencia policial ni tampoco lo que pensaban de la situación. Sin embargo la mujer policía estuvo a la altura de la circunstancias y con gran destreza demostró que podía competir con los chicos y logró destrabar el conflicto.

Todo quedó registrado en un video que difundieron algunos medios de esa zona y se viralizó en las redes sociales.

Más tarde hizo declaraciones a varias radios locales en las que relató: "Le pido públicas disculpas a quienes se sintieron ofendidos, fue la manera menos correcta pero más sana que encontré para no llegar a confrontar con más de treinta personas. Éramos sólo seis oficiales y no contábamos con móvil de apoyo. No quería aplicar la fuerza, ni gritar. Eso es en última instancia. Yo estoy para ayudarlos, cuidarlos, servirles… Ahora que saben cómo fue, espero entiendan y de nuevo perdón".

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