José Luis Toso - jtoso@losandes.com.ar
Con nueve meses de gobierno, Alfredo Cornejo demuestra tener un fuerte control político que le permite llevar a cabo la gestión sin grandes inconvenientes. Lo experimentó hace poco, el día en que sus diputados lograron la aprobación del polémico convenio con los trabajadores del Casino provincial. Cuando las miradas comenzaban a apuntar hacia el legislador y gremialista Guillermo Pereira, por su voto determinante tanto para el quórum como para la definición del tema de fondo, ocho diputados del peronismo aparecieron en el recinto y le dieron al oficialismo el quórum para sesionar y avanzar con el tema en cuestión independientemente de lo que decidiera el referente local del massismo.
Es indudable que en esa definición impensada por muchos estuvo la cintura política de quienes en el ámbito legislativo tienen que llevar a la práctica las imperativas decisiones del Gobernador.
Ese personalísimo modo de manejar políticamente a la provincia es el que de tanto en tanto genera reflexiones desde el gobierno nacional y también de sus socios políticos en esta provincia. Portavoces de la Casa Rosada señalan que Cornejo y Macri están saliendo del tiempo que necesitaron para poner en orden lo que recibieron. Una mirada acertada, si bien está claro que el mandatario mendocino de ninguna manera debió sortear las dificultades que cayeron sobre la administración nacional del Pro a partir del 10 de diciembre. Además, tampoco ha mostrado hasta ahora improvisaciones y algunas torpezas que sí tuvo el macrismo y que muchos dolores de cabeza le generaron.
A diferencia de Macri, advierten en el gobierno nacional como una posible debilidad de Cornejo su estilo personalísimo de conducción, más allá de que por ahora todas son reverencias a su habilidad por la construcción de poder político interno, en la UCR, y “externo”, sobre la mayor parte de la oposición, que viene consolidando mes a mes.
En el Pro mendocino piensan prácticamente lo mismo. Más allá de que admiten que está faltando una visión clara de proyección de la provincia, sostienen que el jefe del Ejecutivo tenía que priorizar poner en orden las cuentas públicas.
¿División o decisión aislada? Reconocen en el justicialismo legislativo que la situación planteada a partir de la fisura en el bloque de diputados “es difícil de ordenar”, pero destacan que “se trabaja para ello”.
La decisión del alvearense Gustavo Majstruk de separarse de la bancada del PJ sacudió a la conducción del bloque y a los principales referentes partidarios que ocupan bancas del más importante partido de la oposición. Aunque hay quienes consideran que la postura del legislador rupturista sería en mayor medida una reacción como militante de un departamento en el que el peronismo resignó la conducción en las últimas elecciones, que encuentra el argumento de rebeldía en la clarísima complacencia de los cinco intendentes del justicialismo con las principales decisiones políticas del gobierno de Cornejo. Lo confirmó el propio Majstruk cuando dijo que lo que motivó la formación, por ahora, de un bloque unipersonal disidente del PJ es la clara influencia de los intendentes sobre legisladores que responden desde las bancas a sus cacicazgos territoriales votando las propuestas del oficialismo.
¿Habrá luego de este salto que dio el diputado alvearense otros que sigan su aventura? Seguramente los que vienen serán días de discusión y reflexión, no sólo en el seno de los bloques parlamentarios del PJ, sino, además, en todo el ámbito partidario.
Los más experimentados e influyentes dirigentes, entre los que se incluye al vicepresidente primero de la Cámara baja, Jorge Tanús, consideran que la actitud de Majstruk tiene un buen grado de razón, pero aclaran que no ven inconveniente en que este primer año de gestión de Cambia Mendoza en la provincia cuente con el apoyo de la oposición en general en los temas más importantes que plantea el Ejecutivo.
En el peronismo mendocino están los que opinan que al gobierno de Cornejo “no hay que responderle con la misma moneda que utilizaron cuando ellos eran oposición y nosotros gobierno”. Se refieren a la exigencia con que el radicalismo cornejista trató al endeble gobierno de Francisco Pérez a la hora de discutir presupuestos y pedido de endeudamiento.
Argumentan en los despachos legislativos peronistas que en primer lugar el PJ recorre un año en el que debe imponerse la autocrítica que lleve a reconocer las razones de la serie de derrotas del año pasado, con la consecuente pérdida del control político de la provincia. Y en segundo lugar, dicen que deben colaborar para que el radicalismo en el gobierno no tenga motivos para acusar a la actual oposición de trabas y chicanas si las medidas que va adoptando la gestión de Cornejo pierden fuerza con el correr de los meses.
Insisten en que el actual momento no es ni de confrontación interna con los intendentes peronistas ni con el gobierno provincial, salvo diferencias insalvables que obliguen a votar en contra desde las bancas. Se apunta a que la dirigencia en general se esfuerce por mantener la unidad partidaria tras la separación del bloque de uno de sus integrantes, más allá de lo que algunos señalan como “el ego” de los Félix y de los “caciques” azules en general a la hora de posicionarse pensando en la conducción, que en algún momento deberá normalizarse a nivel partidario.
Quienes prefieren mostrarse en estos momentos a prudente distancia de los intendentes partidarios consideran que el próximo conductor político del peronismo local debería ser quien se imponga en las PA SO del año próximo como candidato a diputado nacional por Mendoza, el cargo de mayor rango que deberán votar los mendocinos en las legislativas 2017. Ya sin Mazzón, el PJ perdió conducción y liderazgo indiscutible, problema que también se refleja a nivel nacional.
Con el pensamiento mayoritario de quienes sostienen que se transita un tiempo de acompañamiento político y con el debate del paquete presupuestario en puerta, es muy probable que en lo que resta del año el peronismo siga como está y apueste al calendario electoral que se pondrá en marcha en el departamento de Santa Rosa.