Más de 220 personas murieron ayer en una oleada de ataques reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en el sur de Siria, uno de los saldos más elevados desde el inicio de la guerra en 2011.
El presidente Bashar al Assad denunció un "crimen", y señaló a países extranjeros, que no precisó, acusándolos de apoyar al EI.
"El crimen de hoy (por ayer) muestra que los Estados que apoyan el terrorismo tratan de reanimar las organizaciones terroristas para servirse de ellas como moneda de cambio para fines políticos, pero esas tentativas fracasarán", dijo Assad al recibir al emisario del presidente ruso Vladimir Putin, Alexander Lavrentiev, según comunicados de la presidencia siria en las redes sociales.
"El saldo de los ataques subió a al menos 221 muertos, de los cuales 127 civiles que en su mayoría murieron en el norte (de la provincia de Sueida), ejecutados en sus casas" indicó el director del Observatorio sirio de Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman.
El balance anterior era de al menos 183 personas, entre las cuales 89 civiles, muertas, y varias decenas heridas, según el OSDH.
“Se trata del balance más crítico en esta provincia desde el inicio del conflicto” en 2011, aseguró. En los poblados, “los yihadistas (...) asesinaron a habitantes en sus casas”, continuó.
“Algunas personas que huyeron del ataque (del EI) regresaron a las aldeas recuperadas (por el régimen) y encontraron a vecinos muertos en sus casas”, precisó al final de la tarde Abdel Rahman.
Se trata de los primeros ataques de esta amplitud perpetrados por el EI desde hace meses en el país, donde la organización yihadista sufrió numerosos reveses en los últimos tiempos.
Los asaltos contra varias aldeas, aunados a atentados suicidas, tuvieron lugar en la provincia de Sueida, controlada por completo por el gobierno de Bashar al Assad. Los yihadistas del EI están presentes en una zona desértica ubicada al noreste de esta región.
Según los medios de comunicación oficiales sirios, las fuerzas sirias lanzaron contraataques para rechazar a los yihadistas. Al mismo tiempo, los extremistas fueron objetivo de ataques aéreos después que tomaran tres aldeas durante la mañana, indicó el OSDH.
Tras finalizar los combates, las fuerzas del gobierno habían recuperado estos tres poblados. "Los yihadistas fueron obligados a replegarse hacia el desierto", indicó el director del OSDH. En un comunicado en la aplicación Telegram, el EI dijo que "soldados del califato" atacaron posiciones de seguridad y blancos del Gobierno en la ciudad de Sueida.
La agencia oficial Sana y la cadena de televisión estatal confirmaron la presencia de muertos y heridos por estos ataques en la provincia de Sueida, aunque no dieron un balance exacto. “Unidades del ejército iniciaron una contraofensiva (para detener a) los terroristas de Dáesh”, informó la televisión estatal que utiliza el acrónimo en árabe del EI.
Sanciones contra programa de armas químicas
Estados Unidos anunció ayer sanciones, en coordinación con Francia, contra el programa de armas químicas de Siria, tres meses después de haber bombardeado posiciones del régimen de Damasco, acusado de emplear estos arsenales prohibidos.
El Departamento del Tesoro inscribió a ocho personas y cinco empresas en su lista negra. Todas son acusadas de representar “elementos clave de una vasta red” que alimenta al Centro de Estudios y de Investigaciones de Siria, “la agencia responsable del desarrollo de las armas químicas” en ese país, dice un comunicado del departamento.
La administración estadounidense señala que esa decisión se tomó de manera coordinada con el gobierno de Francia, que acaba de renovar la congelación de haberes, anunciada en enero, de 24 personas y sociedades, varias de ellas ya incorporadas a la lista negra estadounidense, por las mismas razones.
Elecciones legislativas sangrientas por múltiples ataques suicidas
Paquistán vivió ayer una sangrienta jornada electoral a causa de un atentado suicida reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI) que causó al menos 31 muertos y 70 heridos.
El ataque se produjo en la entrada de un recinto de votación en Quetta, una ciudad de la provincia de Baluchistán (suroeste). Un kamikaze “intentó entrar en el colegio electoral y cuando la policía lo quiso detener se hizo estallar”, dijo un responsable de la administración local, Hashim Ghilzai.
Entre los muertos hay tres policías y cuatro niños, indicaron fuentes oficiales.
Previamente, otro ataque con granada en otro recinto de voto causó la muerte de un policía, en Khuzdar, también en Baluchistán, una de las provincias más pobres del país.
Los colegios electorales cerraron bajo tensión e incertidumbre a las 13H00 GMT, aunque aun había largas colas en la entradas. Las personas presentes dentro de los locales podían votar, aclaró la comisión electoral.
Unos 106 millones de electores estaban llamados a las urnas en un país de 207 millones de personas, para elegir a sus diputados para los próximos cinco años. La formación ganadora será llamada a formar el nuevo gobierno federal.
Imran Khan, jefe del Paquistan Tehreek-e-Insaf (PTI) y exestrella del críquet, es el principal aspirante al puesto de primer ministro junto a Shahbaz Sharif, hermano del ex primer ministro Nawaz Sharif, líder de la Liga Musulmana de Paquistán-Nawaz (PML-N).
Las elecciones son la segunda transición democrática de un gobierno civil a otro en un país históricamente marcado por los golpes de Estado militares y los asesinatos de políticos.
Pero también se la considera la “elección más sucia”, debido a las acusaciones de arreglos por parte de las fuerzas armadas, que podrían haber beneficiado a Imran Khan.
Temprano, concurrió a votar Shahbaz Sharif, quien llamó a los paquistaníes a “salir de sus casas (...) y cambiar el sino de Paquistán”, antes de depositar su propio voto.