Una nueva oportunidad de diálogo en la transición

La situación financiera de Mendoza es muy delicada. Es el momento para que la dirigencia política mendocina en general demuestre que se encuentra a la altura de las circunstancias.

Una nueva oportunidad  de diálogo en  la transición

Hoy es más importante que nunca que los que están a cargo del Gobierno hasta diciembre y quienes fueron elegidos para sucederlos, exhiban la templanza y la capacidad necesarias para convencer a la ciudadanía de que con madurez se puede abrir una nueva etapa institucional en Mendoza.

Previo a las elecciones el oficialismo hizo una casi sistemática negación de la crisis económica, mientras que del lado de la oposición, que ahora se prepara para tomar la conducción del Estado en pocos meses, se hizo una también sistemática crítica de la administración encabezada por el gobernador Francisco Pérez.

Esa postura, como mostraron los números el 21 de junio, fue respaldada por una mayoritaria parte de la sociedad mendocina, que eligió para gobernar a partir del próximo período democrático al dirigente radical Alfredo Cornejo.

En los últimos días, desde el espacio político que tendrá que asumir en diciembre se insistió con la crítica al modo de gestionar del equipo de Pérez y, además, al silencio que mantenía el oficialismo con respecto a toda posibilidad de diálogo.

Debe tenerse en cuenta que, previo a las recientes primarias nacionales, voceros del Frente para la Victoria informaron a los nexos que el gobernador electo Cornejo había designado para dialogar con el Ejecutivo, que hasta después de ese proceso electoral no existiría ninguna posibilidad de acercamiento.

Pese a ello, desde el radicalismo, que es la cabeza de la coalición que ganó las elecciones provinciales de junio, se insistió en acusar a Pérez de haber "abandonado la administración pública", señalando, además, que a la par de la falta de diálogo dispuesta, se veía con preocupación el crecimiento del déficit y el incumplimiento de pagos comprometidos por el Estado provincial, en gran medida con los proveedores.

Con anterioridad, varias entidades empresariales y sociales mendocinas, mediante un documento conjunto, habían alertado sobre el preocupante parate en el proceso de transición política y alentaron a las partes, oficialismo actual y futuro, a acercar posiciones. Incluso, se deslizó la posibilidad de ofrecer un ámbito neutral y no político para intentar romper el hielo y volver a sentar a las partes.

Afortunadamente, sobre el final de la semana el propio gobernador, Francisco Pérez, habló con los periodistas para comunicar su decisión de retomar el camino del acercamiento con su sucesor y su equipo de colaboradores de cara al recambio institucional de diciembre. Y destacó su voluntad de aceptar pedidos de Alfredo Cornejo para poder compartir decisiones que aún debe tomar el actual Ejecutivo, pero que, inevitablemente, repercutirán en la próxima gestión.

Es el caso del nuevo contrato para que el Banco Nación siga siendo el agente financiero de la Provincia, la nueva licitación del transporte público de pasajeros y otras prioridades. Incluso, se está a punto de atravesar una nueva y turbulenta instancia en el conflicto con La Pampa por las aguas del río Atuel y además hay que contemplar que, en líneas generales, la relación con la Nación supone de una mejora si se tiene en cuenta la gravitación en Mendoza de la siempre mezquina asignación de recursos coparticipables.

Es de esperar que este todavía largo tiempo que falta para que asuma el próximo gobierno encuentre a los dirigentes de todos los signos políticos predispuestos a tomar en serio los intereses de cada uno de los mendocinos.

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