Una nueva amenaza para la fruticultura y viticultura mendocina

Se ha detectado una pequeña mosca que es capaz de atacar a la fruta aunque no se encuentre sobremadura. Preocupación en el sector.

Una nueva amenaza para la fruticultura y viticultura mendocina

Podríamos citar un sinnúmero de plagas introducidas en nuestro país y de difícil control. En esta oportunidad, queremos señalar el peligro que se cierne sobre la producción de frutas, especialmente las de carozo, y hasta la uva y otros frutales menores como frambuesas y arándanos. Entre las primeras, la más amenazada sin dudas es la cereza. Es conocido el hecho de que de manera permanente se registran ingresos de insectos desde otros países.

Se sabe también que la principal forma de dispersión de la mayoría de las plagas y enfermedades agroforestales y ganaderas es el movimiento de material por parte del hombre en su intención de disponer de nuevas variedades o materiales de propagación. Casi todas las plagas vegetales más graves que hoy se registran en Argentina, son de origen foráneo. Muchas originadas en el viejo mundo o en América del norte que han ingresado directamente a nuestro país o bien han sido introducidas al territorio argentino desde países vecinos.

En los 90 se encontró en localidades cercanas al límite con Chile el "pulgón ruso del trigo" que había sido citado allí un par de años antes.

Algo parecido ocurrió con la temible Lobesia Botrana, una pequeña mariposita plaga de la vid que ataca los racimos, y que ha puesto en jaque la producción y comercialización de uvas de nuestra provincia. Ni qué hablar de la "mosca de los frutos" Ceratitiscapitata, una plaga presente en Argentina desde hace muchos años, proveniente del norte de África, y que le cuesta a la provincia sumas importantes de dinero cada año para erradicarla o al menos mantener o tratar de mantener un estatus sanitario aceptable y manejable.

Ocurre que se ha detectado en la Argentina, en Río Negro y Entre Ríos por lo menos, la presencia de una pequeña mosca parienta muy cercana a la conocida mosca del vinagre, pero que en estos casos es capaz de atacar a la fruta aunque no se encuentre sobremadura.

Se trata de la especie Drosophila suzukii, una mosca de la familia Drosophilidae originaria de Asia y que se ha detectado en nuestro continente no hace mucho pero que se está difundiendo con rapidez. La mosquita de alas manchadas se denomina así porque los machos poseen una mancha casi circular en el extremo de cada ala (las moscas solamente tienen dos alas ya que son Dípteros) y las hembras tienen un notable aparato avipositor que les permite encastrar los huevos en el interior de los frutos donde se desarrollan las larvas destruyéndolos totalmente.

La Drosophilasuzukii ha sido citada en 12 familias diferentesde plantas, destacándose las rosáceas, puesto que ataca a especies de los géneros Rubus (frambuesas y zarzamoras), Prunus (cerezas, damascos, duraznos, nectarinas y ciruelos) y Fragaria (frutillas). Otro de sus hospedantes importantes se encuentra dentro de las ericáceas, y son los frutos pertenecientes al género Vaccinum, donde encontramos a todas las variedades de arándanos. Otras familias de plantas hospedantes son las moráceas (moras), y las Actinidaceae, cuya especie más conocida es el kiwi.También se ha citado sobre la familia Ebenaceaey, dentro de ésta específicamente sobre el kaki (Diospyros kaki).

Por otra parte, aunque se ha citado sobre Vitaceae, algunos estudios han demostrado que tanto la preferencia en oviposición como su desarrollo sobre uvas es menor que en otras especies de frutales como cerezay frambuesa. Sin embargo, la fuerte presencia de uvas en nuestra provincia podría significar un importante atractivo para esta mosca.

En la provincia de Entre Ríos se la ha detectado atacando cítricos en altos porcentajes. Pero sin dudas son las cerezas, de las cuales hay unas 1500 hectáreas en nuestra provincia, las que en principio sufrirían mayores daños dada la preferencia y los antecedentes de D. suzukii en otras partes del mundo e incluso en nuestro país.

Por todo ello debemos alertar sobre esta amenaza de manera que los organismos responsables del control de la dispersión y establecimiento de plagas exóticas, tomen las medidas necesarias para impedir o al menos dificultar el ingreso de Drosophila suzukii a nuestra provincia.

En Mendoza existen barreras fitosanitarias para impedir el ingreso de Ceratitiscapitata, una infraestructura ejemplar que puede servir para minimizar los riesgos de ingreso de la mosquita de alas manchadas. En los últimos días se ha informado de la presencia de la plaga en Chile por lo que podríamos tener una presión de ingreso también desde el vecino país.

Para el caso de que la plaga ya haya entrado y a los efectos de tomar medidas que dificulten su dispersión, creemos que sería recomendable realizar un monitoreo con trampas de feromonas o de vinagre (de sidra) que han demostrado ser muy eficientes para la detección de esta plaga. Todos los esfuerzos que se realicen para impedir que la mosquita ingrese, se justifican si tomamos en cuenta las dificultades que hoy tenemos para el control de Lobesiabotrana, una plaga que ingresó a Mendoza desde Chile a pesar de estar advertidos de su presencia en el vecino país.

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