Una nena de 13 años asesinó a puñaladas a su hermana de 23 años, quien estaba embarazada de ocho meses. Según trascendió, la intención de la autora del crimen era entregar el bebé a otra familia a cambio de dinero.
Según reconstruyeron medios brasileños, Fabiana Santana, de 23 años, fue atacada por su hermana menor con una barra de hierro en la ciudad de Porto Velho. Tirada en el piso, pero aún consciente, la chica le abrió el vientre con un cuchillo y le sacó al bebé. En el hecho participó un cómplice de 15 años, hijo de la mujer que habría pagado por el chiquito, Kátia Barros Rabelo, de 34.
Como un hijo de Fabiana, de 7 años, vio cómo fue el homicidio, su tía de 13 años lo llevó hasta un lago cercano, lo mató a pedradas y lo lanzó al agua. La secuencia fue concretada para no dejar testigos.
El padre de Fabiana avisó a la Policía sobre el asesinato de su hija, pero desconocía quién había cometido el crimen. Un día después de la denuncia, la Policía detuvo a la nena y a su amigo. Los dos confesaron.
La chica dijo que el padrastro de su sobrino y esposo de Fabiana abusó sexualmente de ella durante mucho tiempo y a pesar de que se lo dijo a su hermana, ella nunca le creyó y los ataques continuaron. En venganza, cometió el crimen.
De acuerdo con el medio Rondoniagora, el bebé que fue sacado a la fuerza del vientre de Fabiana sobrevivió, pesa 1,8 kilos y está bajo observación médica. El chiquito fue hallado en la casa donde vivía el hijo de Kátia, ahora detenido.