Una empleada de limpieza murió y otra resultó herida en una explosión de origen desconocido que se produjo la madrugada en el segundo aeropuerto internacional de Estambul, en un contexto de alerta en Turquía por posibles atentados.
Zehra Yamaç, una empleada de limpieza de 30 años, falleció como consecuencia de las heridas sufridas en la cabeza por la explosión ocurrida en la pista del aeropuerto Sabiha Gokcen ubicado, en la parte asiática de Estambul, según la agencia estatal Anatolia.
Otra empleada sufrió heridas en la mano y está hospitalizada, añadieron los medios turcos.
"Una explosión, de causas desconocidas, ocurrió a las 2 en el área de estacionamiento de los aviones", indicó en un comunicado la aerolínea Pegasus Airlines.
"No había pasajeros ni en el avión ni en las escalerillas" de acceso a éstos. "El aeropuerto Sabiha Gokcen prosigue sus operaciones normalmente", añade el comunicado.
Ambas mujeres se hallaban cerca del lugar de la explosión, añadió Pegasus.
Esta explosión se produjo mientras las autoridades turcas libran una "lucha global contra el terrorismo".
El aeropuerto Sabiha Gokcen, que lleva al nombre de la primera mujer piloto de guerra de Turquía, es el segundo aeropuerto internacional de Estambul, después del aeropuerto Ataturk, mucho más grande y situado en la parte europea de la ciudad.
Sabiha Gokcen recibe vuelos nacionales e internacionales. En 2015, hasta el mes de noviembre, pasaron por este aeropuerto 17 millones de pasajeros nacionales y casi nueve de vuelos internacionales.
"Estamos trabajando estrechamente con el gobierno turco y con nuestros homólogos para ayudar en la investigación, y esperamos un informe oficial" declaró Dato Azmi Murad, director ejecutivo del aeropuerto Sabiha Gökçen, en un comunicado.
Lucha global antiterrorista
Esta explosión se produjo mientras las autoridades turcas libran una "lucha global contra el terrorismo" y están en alerta desde el doble atentado suicida de Ankara que causó la muerte de 103 personas el 10 de octubre en una manifestación pacífica.
Este ataque fue atribuido a los yihadistas de la organización Estado Islámico (EI), así como otros dos sangrientos atentados ocurridos antes en el sudeste de mayoría kurda en Turquía.
Las autoridades turcas, acusadas de complacencia ante los grupos islamistas radicales, han multiplicado en los últimos meses las detenciones en los medios yihadistas.
Ankara ha establecido una lista de más de 33.000 yihadistas potenciales originarios de 123 países y ha multiplicado las expulsiones, cerca de 2.800, según cifras de las autoridades.
En paralelo, lanzó la semana pasada una amplia ofensiva en el sudeste del país contra el partido de los trabajadores del Kurdistán (PKK).
Tras más de dos años de alto el fuego, se han reanudado sangrientos combates entre Ankara y el PKK, lo que hizo volar por los aires las conversaciones de paz iniciadas en 2012 para porner fin a un conflicto que ha causado más de 40.000 muertos desde 1984.
Un grupo de extrema izquierda, el partido Frente revolucionario de liberación del pueblo (DHKP-C), también ha llevado a cabo varios ataques en Estambul en los últimos meses.