Una familia indonesa vivía en su casa con los cuerpos sin vida de dos allegados, uno de ellos muerto desde hace años, con la esperanza de que resucitaran, informó este miércoles la Policía local.
El sorprendente descubrimiento se produjo durante una visita rutinaria de un médico que alertó a las autoridades después de que Neneng Hatidjah, una mujer de 77 años, no le dejara entrar en su casa.
Finalmente, la Policía debió entrar por la fuerza a la casa, en donde descubrieron los cuerpos en descomposición de su marido y de su hija, ambos cubiertos con ropa.
Tras ser descubierta la situación, Neneng Hatidjah contó que en la casa también vivían otros dos hijos, e indicó que su marido y su hija fueron víctimas de una enfermedad pero que había decidido no enterrarlos con la esperanza de que resucitaran.
Tal como informaron medios locales, Hera, la hija de Neneng, le dejó un testamento a su madre pidiéndole no ser enterrada.
Según su declaración, antes de morir, la anciana y su hijo mayor rezaron durante 40 noches consecutivas, hasta que un ángel les orientó y les dijo que no debían desprenderse de los restos
El marido de Hatidjah falleció el pasado diciembre, con 85 años, y su hija murió con 50 años, hace dos. La septuagenaria había tirado café molido alrededor de los cuerpos, mientras que también había decenas de frascos de perfume repartidos por toda la casa para intentar ocultar el hedor.
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