La concejal santarrosina Débora Quiroga (38) es una 'rara avis' de la política mendocina actual: es la única mujer con posibilidades ciertas de convertirse en intendente, en las elecciones del 21.
Quiroga encabeza en Santa Rosa la lista municipal de Cambia Mendoza, que en las PASO de abril quedó detrás del Frente para la Victoria por apenas 80 votos: fue un empate técnico ajustado, donde el oficialismo sacó el 46,8% contra el 46,1% de la oposición.
En Santa Rosa, algunos aseguran que ese empate ha puesto nervioso al intendente Sergio Salgado (38), acostumbrado a márgenes holgados y que ve peligrar su chance de encadenar un tercer mandato.
Sin embargo, él se muestra confiado y contesta que lo que obtuvo en abril es el piso de sus posibilidades: “El 46% que sacó el FpV para intendente es mío porque no tuve interna, en cambio Quiroga compitió con otros cinco precandidatos y debe tratar de que esos votos no se fuguen”.
En realidad, Salgado sí tuvo interna, aunque el dato es anecdótico: Rosa González fue la precandidata que Matías Roby llevó como intendente, pero consiguió apenas 43 votos contra 5.158 de Salgado.
Débora Quiroga vive a tres cuadras de la comuna y su casa se identifica enseguida: es la que tiene pegada en los vidrios de la puerta media docena de boletas con su cara y la de Alfredo Cornejo; mezclada entre ellas hay también una estampita de Jesús y uno supone que en época de elecciones, el candidato no desprecia ninguna ayuda.
Es temprano a la mañana y Quiroga ha dormido sólo pocas horas porque estuvo en una cena que organizó Cornejo y Cambia Mendoza con empresarios: “Cuando digo que soy de Santa Rosa, lo primero que recuerda la gente es al departamento donde los municipales no cobran o donde el intendente le pega a su mujer”, dice sin vueltas.
Piensa un poco y sigue: “Yo creo que Salgado no está bien y lo digo sinceramente. Es un hombre inestable y agresivo, que está imputado por violencia de género y que culpa siempre a los demás por los problemas. A los concejales nos llama 'simios' y no me parece, por muchas diferencias que tengamos”.
Quiroga considera que Santa Rosa se convirtió en el departamento más pobre y que ninguna crisis lo justifica “porque todos nuestros vecinos están mejor. Fíjese que mientras La Paz o Rivadavia tienen plazos fijos, nuestro intendente quiere operar en descubierto para llegar a pagar los sueldos”.
La concejal radical sostiene que los sueldos y contratos se llevan el Presupuesto y que de los 129 millones de pesos gastados en 2014 sólo 9 millones se destinaron a obras.
Ese andamiaje, asegura, es lo que permite a Salgado mantenerse en el poder: “Al intendente no le interesa el desarrollo sino tener al pueblo bajo su lapicera: el 72% de las familias santarrosinas tiene alguna relación laboral con la comuna y Salgado asusta con que si pierde, eso se acaba”.
Quiroga avisa que si es intendente no va a echar gente, pero sostiene que hay que administrar mejor: “Hay que terminar con los sobreprecios en obras y en espectáculos, con el dinero que no se sabe adónde va; el Concejo no controla nada porque el Ejecutivo nunca informa lo que hace”.
Dice que su gestión se apoyará en tres ejes: desarrollo económico, lucha contra la corrupción y mejoramiento de los servicios públicos: “A cinco cuadras de la comuna hay gente que no tiene agua potable, es triste pero es así”.
El otro lado
El intendente Salgado dice que hay mucho por hacer, pero sostiene que en siete años de su gestión, Santa Rosa está mejor: “Somos uno de los tres departamentos que más creció en educación; abrimos 30 nuevos espacios y eso es gestión. La educación ha sido nuestro principal pilar y lo seguirá siendo”.
Dice que respeta a su rival radical, pero asegura que es “manipulable. Ella pone la cara pero los que deciden son su pareja (Gustavo Muñoz) y el ex intendente Antonio Ponce, dos gansos que fueron funcionarios de la gestión que más perjudicó al departamento”.
Admite una planta de personal grande pero la justifica: “Mire, yo pago muchos sueldos en salud y en educación; hay gente que dice que eso corresponde a la Provincia y yo digo que alguien tiene que pagar. Acá no hay clínicas privadas y si usted se enferma va al hospital o al centro de salud y entonces tiene que haber atención. Hoy, todos los distritos tienen ambulancias y pago más de 30 sueldos sólo en choferes ¿Son muchos? Son los que hace falta”.
Salgado se toma un instante para hablar de la denuncia por golpes que le hizo su ex pareja, Bárbara Dorcemaine, y que lo tiene como imputado: “Nunca le pegué. Esto arrancó como un problema de pareja, pero se sumaron intereses de la política y plata, que es lo que busca. Sé que algún día se va a aclarar”.
Mientras habla, larga datos de obras que se han iniciado: las cloacas de la villa cabecera, los servicios para el parque industrial o el crecimiento de la actividad ganadera.
“Se cuadruplicaron las cabezas de ganado”, asegura y cierra: “Dice la oposición que tengo un discurso violento, pero si me tiran bombas, con qué quiere que conteste ¿con flores? La oposición no acompaña y ni siquiera hace su trabajo; mire a la altura del año que estamos y no tengo el Presupuesto aprobado”.
Los candidatos
Sergio Salgado
Fue concejal en Santa Rosa desde 2003 a 2007, cuando se enfrentó duramente con el entonces intendente Antonio Ponce (PD).
Es maestro mayor de obras y tiene dos hijas: Bianca (11) y Sabina (6); una tercera, Abril, falleció en 2003, cuando tenía un año y medio. "Fue un golpe muy duro, una pérdida que marca a cualquier persona".
En 2007 fue elegido intendente. A fines de 2008 el Concejo lo destituyó en medio de un escándalo: “Me sentí como Perón en el 55”, dijo entonces y a comienzos de 2008 recuperó su lugar.
Fue reelecto en 2011 y en 2013 resultó uno de los tres intendentes justicialistas que salvó las ropas en unas legislativas muy adversas al FPV en la provincia. “Yo estoy gestionando y buscando recursos. Que la oposición salga a hacer campaña puerta por puerta que tiene tiempo”, dice.
Débora Quiroga
Tiene 38 años, vivió toda su vida en Santa Rosa y estudió Ciencias Políticas.
Tiene dos hijos, Octavio (10) y Vida (2), y está en pareja con Gustavo 'El Duro' Muñoz, que fue funcionario y concejal durante el gobierno del demócrata Antonio Ponce.
Quiroga entró al Concejo en 2002 como prosecretaria. En 2008, cuando Salgado fue suspendido de su cargo, ella tuvo un papel activo en la investigación de la denuncia y dice que eso le costó el puesto: “Salgado nunca lo olvidó y en 2010 consiguió los votos para echarme”.
En 2013 fue electa concejal por la UCR. Desde entonces se ha enfrentado innumerables veces con el intendente y hasta encabezó una denuncia en la fiscalía para seguir de cerca la imputación contra Salgado por violencia de género. “A mí lo que me sobra es coraje y fuerza”, advierte.