Lo sucedido en La Paz, donde un hombre murió como consecuencia de la falta de una ambulancia en el hospital Arturo Illia, exige una profunda investigación de parte de las autoridades competentes, en razón de que el hecho respondió a la desidia o a errores humanos, más allá de las cuestiones estructurales que pueden afectar a la salud pública en la provincia.
Debemos partir de una base. La salud pública en la Argentina, con sus errores y sus aciertos, podría ser ubicada en un lugar expectante, con más aspectos positivos que negativos. Es cierto que hay países, especialmente en el denominado Primer Mundo, donde los adelantos tecnológicos son utilizados a favor de la gente.
A modo de ejemplo podría señalarse que en Suecia los hospitales no cuentan con puertas en el ingreso a las salas de guardia y que la diferencia de temperatura se mantiene a través de cortinas de aire. Consideran allí que una demora de minutos en la apertura y cierre de puertas puede llegar a costar la vida de una persona.
En una situación similar, en cuanto a tecnología, podría ubicarse a Suiza. Esos países superan al sistema de salud de nuestro país. Pero, a fuerza de ser sinceros, también debemos señalar que la gratuidad y las prestaciones que se brindan en los hospitales públicos y centros de salud de nuestro país permiten superar a países en los que la salud pública y gratuita es inexistente y donde se imponen los sistemas privados.
La demostración más clara de esta afirmación se da con la atención de pacientes de otras nacionalidades que suelen venir a la provincia para su atención médica. Situación que no responde a una gestión gubernamental sino que es un aspecto histórico que destaca a la salud pública de nuestro país.
Más allá de esas consideraciones, también debemos señalar que hay aspectos que deben ser corregidos. En una encuesta que realizó la industria vitivinícola, preocupada por conocer los motivos por los cuales se producía una emigración de gente desde el campo hacia la ciudad, las respuestas fueron coincidentes al señalar que los principales problemas se planteaban con el acceso a la escuela, a la vivienda y a la salud, como aspectos principales. Sucede que precisamente en las zonas rurales es donde el sistema debe estar más aceitado porque cualquier error puede resultar fatal, como lamentablemente ocurrió en el hospital Arturo Illia, de La Paz.
Si bien es cierto que el nosocomio cuenta con tres ambulancias, una de ellas cuatro por cuatro para poder asistir a pacientes de zonas inhóspitas e inaccesibles, no es menos real que es inaceptable que una de las unidades no pudiera funcionar por falta de combustible.
De todos modos, el informe sobre el funcionamiento del hospital deja otros aspectos a considerar. Se señala que las ambulancias para urgencias suelen ser utilizadas para trasladar pacientes graves al Perrupato, en San Martín, o a hospitales de cabecera del Gran Mendoza. El primero de esos nosocomios se encuentra a 100 kilómetros de La Paz y en el caso de los restantes a 140 kilómetros.
De manera tal que ese traslado demandaría una hora por lo menos, una eternidad si se tiene en cuenta que puede estar en juego la vida de una persona. De allí que a ese nosocomio, como a otros ubicados en zonas alejadas, debería dotárselos de los elementos y personal necesarios para cumplir acabadamente con su función ante las máximas exigencias.
Desde el Ministerio de Salud se indicó que se solicitó la renuncia de los directivos del nosocomio y que, en la medida en que avance la investigación, se hará lo mismo con los demás responsables.
Resultaría interesante también que desde esa misma cartera se impulsara la posibilidad de obtener fondos para lograr que todos los hospitales, aún los de zonas más alejadas, puedan contar con los elementos necesarios para responder a las necesidades en el momento adecuado.
