Un viejo axioma futbolístico afirma que las rachas están para romperse. Y este Godoy Cruz, que arrastra varias mochilas pesadas en cuanto a series negativas, tiene la gran posibilidad de romperlas a todas juntas esta tarde, nada menos que en la mítica Bombonera de Buenos Aires frente a uno de los punteros del campeonato.
El Expreso del cuestionado Gabriel Heinze, quien nuevamente deberá ver el partido desde un palco por no tener el título de técnico habilitante, se juega una verdadera cita con la historia, pero fundamentalmente con un presente futbolístico demasiado pobre.
El peor adversario de Boca no será este Godoy Cruz de Carlos Tevez, sino las propias limitaciones de Godoy Cruz, que no sólo acumula cuatro partidos sin victorias (dos empates y dos caídas). Además, ostenta una tediosa estadística que deberá romper en lo inmediato si es que pretende salir indemne de la Bombonera. Son esos siete partidos (630 minutos o 37.800 segundos) que acumula sin convertir fuera del Malvinas Argentinas.
El último grito que festejó el Expreso de visitante lo hizo Kevin Mercado a Chicago, en Mataderos, hace casi cinco meses y medio, y sirvió para cosechar la única victoria que tiene el Tomba afuera de Mendoza en todo el campeonato.
Lo curioso del caso es que el delantero ecuatoriano de 20 años ni siquiera en el banco de suplentes esta tarde en la Bombonera.
Heinze, que apostará por los mismos once que vienen de caer frente a Banfield, tendrá como sustitutos a: Moyano, García, Illanes, “Pol” Fernández, González, Díaz y Correa.
Enfrente estará Boca, que hasta el tropezón que tuvo frente a Unión había sido uno de los equipos más sólidos del torneo junto a San Lorenzo: apenas 12 goles en 18 fechas. Encima, en casa, el Xeneize tiene un promedio de gol de dos tantos por partido (20 en 10).
Más allá de todo, el Tomba conoce el paño y sabe que ganar en La Boca es una misión... posible.