Luego de los recientes incendios que diezmaron muchísimas hectáreas en el pedemonte mendocino, especialmente en el cerro Arco y alrededores, se desarrollará una estrategia de remediación del ecosistema. Investigadores y especialistas de diferentes instituciones firmaron un convenio con la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial para trabajar codo a codo en la recuperación de esta zona tan valiosa. Esto incluye la flora y la fauna autóctonas de las más de 1.600 hectáreas dañadas.
En el trabajo de remediación de la cubierta vegetal de vastos sectores se empeñarán investigadores del Centro Científico Tecnológico-Conicet Mendoza, del Instituto Nacional del Agua (INA) y de la Universidad Nacional de Cuyo.
Es incierto el tiempo que les demandará el proceso, pero es indudable que será prolongado y que las labores propiamente dichas para subsanar la vegetación perdida darán comienzo en la primavera del año próximo.
Un esfuerzo de gran proyección que se verá compensado si en el resto de la primavera y el verano que se avecina se impiden o se circunscriben más siniestros de campos, que tantas pérdidas han causado y demandado una extenuante labor a los servicios públicos del Estado y los cuerpos de bomberos voluntarios, aplicados a controlar estos siniestros.
En tal sentido ya se han tomado acciones que calificamos de acertadas en materia de prevención, como las asumidas por los municipios de Las Heras y Luján de Cuyo, que han prohibido el encendido de fuegos para reuniones campestres, los tradicionales asados, en toda la zona de El Challao y lo largo de la ruta provincial 82, que conduce a Cacheuta y Potrerillos.
Se estarían eliminando o circunscribiendo de esa manera, si el control es riguroso y se mantiene en el tiempo, los incendios por negligencia (fogones que quedan mal apagados o fumadores imprudentes) y deberían reprimirse con severidad aquellas acciones intencionales de fuego provocado, que sin embargo son difíciles de probar porque individuos que proceden de esta forma se ven favorecidos por la dispersión del terreno.
También hay que desalentar las quemas en el medio rural, algo que es un caballito de batalla del Plan Provincial de Manejo del Fuego, que pese a su prédica no puede convencer totalmente al hombre de campo. Encender fuego como método de limpieza de campos y lotes, quema de pastizales y basura acumulada, está prohibido por la Ley provincial 6099, que fija elevadas multas para acciones como quema de pastizales, basura acumulada, limpieza de lotes, quema de fincas abandonadas, preparación de suelos para cultivos.
Como queda visto y padecido, los incendios sobre el pedemonte son difíciles de combatir por las condiciones naturales de inaccesibilidad. Una vez declarado el fuego, produce impactos profundos en el sistema. La vegetación natural, xerófila, adaptada a condiciones de sequedad, es un elemento altamente combustible.
Y para agregar presión a la frágil situación de nuestro campo, se agrega -como lo explica con meridiana claridad la investigadora del Conicet, Elena María Abraham- "el progresivo crecimiento del conglomerado urbano que constituye el Gran Mendoza y su necesidad de nuevas tierras para urbanizar ha tomado dos direcciones claramente identificables: una, hacia el oasis irrigado, invadiendo una rica y limitada zona de producción agrícola intensiva; y la otra, hacia el oeste, ascendiendo sobre el pedemonte".
En síntesis, apoyemos e incentivemos que los planificadores y especialistas en desarrollo territorial, puedan corregir los errores cometidos hasta ahora; y procuremos que el ciudadano común se convierta en un usuario racional y respetuoso del terreno que ofrecen nuestras maravillosas serranías.