La principal complejidad de esta mesa es conseguir todo el material, porque necesitarás varios palets, así como preparar cada tabla para conseguir diferentes tonalidades y crear, después, un efecto estético y llamativo. Para ello podés recurrir a la pintura, los esmaltes o diferentes tintes, si querés mantener el efecto madera.
La base de esta mesa se compone de tres vigas, dos a los extremos y una en el centro, que se incorporarán al resto de la superficie, compuesta de muchísimas tablas de palets cortadas a medida y unidas entre sí a partir de varillas largas de metal, las cuales atravesarán también las tres vigas.
Por su parte, la zona central de la mesa irá cubierta por seis tablas de palet, tres a cada mitad de la mesa. Para colocarlas, previamente tendrás que realizar un rebaje en la zona central de cada viga del grosor de las tablas del palet, para que al colocarlas, queden a la misma altura que las piezas laterales y, con ello, la mesa quede nivelada.
En cualquier caso, lo mejor es que, una vez que has terminado, lijes la superficie para igualar, así como los laterales, con el fin de suavizar asperezas y redondear los bordes. Además, podés terminar con una mano de barniz incoloro para proteger. También, si lo preferís, podés poner una base de cristal encargada a medida.
Por otro lado, la estructura se compone de cuatro patas y cuatro tablas laterales, y sobre ella se coloca la base ya creada, que puede ir atornillada y encolada.
En cuanto a la forma de la mesa, en este caso se ha optado por redondear uno de los lados, para que se use como escritorio, pero podés elegir un acabado más rectangular, facilitando así el trabajo.
Fuente: facilísimo.com
