Una leyenda del golf casi pierde una mano pero volverá a jugar

Greg Norman fue N° 1 entre las décadas del '80 y '90. Un accidente casero puso en riesgo una de sus extremidades, pero zafó.

Una leyenda del golf casi pierde una mano pero volverá a jugar
Una leyenda del golf casi pierde una mano pero volverá a jugar

Es un episodio imaginable sólo en pesadillas para cualquier golfista profesional, pero Greg Norman lo sufrió en la realidad: a punto estuvo de perder la mano izquierda, una de las partes del cuerpo que lo convirtieron en una leyenda del deporte mundial. Vivió una situación traumática y apenas un milagro lo salvó de abandonar el golf a la fuerza. Ahora, confirmó que volverá a las canchas para participar en el Pro-Am del Franklin Templeton Shootout, que se hará en diciembre próximo, en Naples. Es cierto: no jugará por los puntos ni por la gloria, pero el público disfrutará de sus swings y lo verá tan activo y entusiasta como en sus 331 semanas al tope del ranking mundial, entre las décadas del '80 y '90.

El 14 de septiembre pasado circuló una foto del Gran Tiburón Blanco en estado convaleciente. Un escalofrío de preocupación recorrió a la comunidad del golf. Estaba hospitalizado, con los ojos semicerrados y un fuerte vendaje en el brazo izquierdo. Impresionaba ver así a un golfista superexitoso, que luego se transformó en un formidable emprendedor, dueño de fortunas. Parecía rendido, resultado de un accidente con una motosierra mientras podaba árboles en su casa de South Florida. En su ímpetu de leñador, el peso de una rama empujó de repente su mano hacia la hoja filosa y estuvo a milímetros de cortarse una arteria. "Soy Mr. Do It Man. Si puedo hacer todo por mi cuenta, lo hago", asegura hoy el australiano a los 59 años, para describir la filosofía autosuficiente con que encara cada actividad, por más peligro que conlleve.

Hoy fui un hombre con suerte. Herido, pero no acabado. Todavía tengo mano izquierda. Al menos podré jugar al tenis

Al momento de padecer el infortunio vio el costado positivo: "Hoy fui un hombre con suerte. Herido, pero no acabado. Todavía tengo mano izquierda", escribió. Tampoco perdió el humor: "Al menos podré jugar al tenis". Enseguida se sometió a una cirugía reparadora de los nervios dañados, que evitó despejar cualquier compromiso de tendones o arterias.

Pese a la gravedad del asunto, la recuperación del doble ganador del British Open (1986 y 1993) fue muy dinámica. El mes pasado, Norman había alertado con una frase categórica, de títulos catástrofe: "Quizá no vuelva a jugar más al golf". Aunque con el transcurso de los días empezó a figurarse la chance concreta del regreso. Sin pegarle todavía a la pelota, ejecutó swings livianos para fortalecer músculos de la mano y el antebrazo, hasta que comprobó junto con los médicos que estaría en condiciones de jugar en el Pro-Am.

Si bien tiene una carrera hecha, con 20 victorias en el PGA Tour y 71 triunfos fuera de EE.UU., además de su ingreso en el Salón de la Fama en 2001, el retiro obligado hubiese significado un duro golpe para el Tiburón en cuanto a su imagen empresarial. Su compañía, establecida en Sydney en 1987 -The Great White Shark Enterprises- extendió sus brazos a todo tipo de emprendimientos por el mundo. Esa firma, cuyo nombre refiere a su apodo, es una usina generadora de millones de dólares desde hace más dos décadas y abarca rubros como diseño de campos, indumentaria, vino, management de eventos, cocina, césped para disciplinas deportivas, desarrollo de GPS y todo lo que rodea al estilo de vida del golf.

En esta búsqueda incesante del negocio, Norman desembarcó también en la Patagonia y hace unos años supervisó en persona su proyecto en El Desafío Mountain Resort, ubicado sobre la ruta nacional 234, a 15 minutos de San Martín de los Andes. Allí está prevista la inauguración de una cancha sobre la montaña, rodeada de arroyos y con increíbles paisajes.

Así como dejó un legado en el golf (Adam Scott fue el primer australiano en ganar el Masters, en 2013), el Tiburón no se rinde y vuelve al ruedo para que los fans aprecien sus golpes. A su mano izquierda le espera otra vez un gratificante trabajo.

10 millones de dólares en ganancias oficiales; Greg Norman fue el primer profesional en superar esa cifra en el PGA Tour. Luego de su dominio en el golf, hasta 1997, se inició la era de Tiger Woods.

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