Una lectura errónea costó caro

Daniel Garnero equivocó el planteo inicial ante Ferro C. O. y fue derrota. Durante el capítulo inicial, la “Lepra” padeció bajo un esquema desconocido y con intérpretes impensados. Cuando cambió, en el complemento, fue demasiado tarde.

Una lectura errónea costó caro
Una lectura errónea costó caro

Fastidioso por la derrota, Daniel Garnero no quiso reconocer lo que todos habíamos presenciado un rato antes. Independiente Rivadavia acaba de caer 1-0 en Caballito ante Ferro Carril Oeste y el DT prefirió negar lo que su equipo había expuesto sobre el campo de juego durante los primeros 45 minutos.

“Probé con un equipo en la semana y no me gustó. Por eso decidí cambiar”. Quedaba claro que el DT no pretendía dar demasiadas explicaciones sobre su decisión de dejar en el banco de los suplentes a Matías Minich, único delantero con características similares a Juan Pablo Pereyra (afuera por lesión), e incluir a Emmanuel Torres, de características y contextura diferente a los anteriores.

Tampoco se decidió por Daniel Imperiale, con buen recorrido y mejor juego aéreo, ordenando el ingreso de Carlos Rearte, quien nunca justificó el por qué de la elección. Es cierto que lo colectivo muchas veces tapa las deficiencias individuales, pero esta vez no fue el caso.

¿4-4-2 o 5-4-1?
Costó leer el entramado preparado por Garnero para disputar el juego frente al "Verde". El esquema elegido parecía ser 4-4-2, pero con el correr de los minutos, y siguiendo los movimientos que realizaba Freddy Coronel, la propuesta más bien parecía un 5-4-1.

No quedó claro si era una orden desde el banco de suplentes o un movimiento decidido por los propios jugadores, superados ante la gran cantidad de rivales que pisaban el área de Gaspar Servio (de buen trabajo).

Las declaraciones de Franco Dolci, con la derrota consumada, quizás dejaron expuesto el fastidio del volante ante la propuesta de juego. “Estamos acostumbrados a atacar más que a defender y en el primer tiempo nos preocupamos más por defender”, dijo, y agregó, ante la consulta sobre si la orden había sido del propio Garnero: “Quizás me expliqué mal y la palabra no era defender, sino esperarlos un poco más”.

Un duro castigo
Lo realizado en la segunda mitad dejó en claro que el DT había errado la lectura de juego inicial. El ingreso de Minich le dio otro peso a la ofensiva "azul" y el goleador tuvo dos ocasiones clarísimas que el arquero Damián Albil terminó controlando con enorme esfuerzo.

En el mereciómetro final pudo ser empate, pero 1-0 fue castigo más que suficiente a la apatía con que muchos de los jugadores recorrieron el partido.

Hubo imprecisiones y horrores defensivos. Todo junto y en sucesivas repeticiones.

Dos victorias consecutivas indicaban el buen camino elegido. Ahora es tiempo de hacer autocrítica. Al menos puertas adentro.

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