Hay momentos en que afloran recuerdos que permanecen guardados en un hueco de la memoria más feliz. Un simple llamado telefónico revivió imágenes de hace 61 años.
"Estimado jefe, con los muchachos la pasamos muy bien. Gracias por el distintivo que nos entregó (una banderita argentina). Fuimos a verlo al ‘Petiso’ Ramaciotti, no está bien. Un abrazo. ¡Feliz Navidad!”. Una llamada, un simple, pero inolvidable rayo de luz.
Éste volvió a iluminar la "gastronómica ceremonia" que tuvo lugar, en Córdoba, donde recreamos el lejano acto del juramento a la bandera, que les tomé a mis soldados, clase 1935, el 20 de junio de 1956, en el Destacamento Aeronáutico Militar "Chamical" (La Rioja), adonde me llevó "deportado" mi respeto a la promesa de lealtad a la Constitución, en la Revolución del '55.
El Servicio Militar Obligatorio (SMO) me dio la oportunidad de transmitir el amor y fidelidad a la enseña celeste y blanca a 90 jóvenes de Jujuy, Salta, Chaco, Formosa, Catamarca, La Rioja y 18 de Córdoba. Cumplí con el deber de instruirlos en la obligación, de "armarse en defensa de la Patria", para servirla eficientemente cuando llame su clarín.
Una demagógica medida presidencial, en 1995, suspendió el SMO y dio origen a un restrictivo empleo militar sustituto. Dicha decisión explotaba la sensibilidad de una sociedad acongojada por la muerte de un soldado, ocurrida unos meses antes, por causas que aún no terminan de esclarecerse.
La cuasi centenaria obligación ciudadana, establecida en 1901, que alcanzaba a todos, ahora sólo podría ser exigida a algunos asalariados voluntarios. Así tenemos generaciones de argentinos, incapaces de servir a la defensa nacional.
Hoy muchas voces responsables. Reclaman la rejerarquización de las Fuerzas Armadas y la reinstalación de un SMO que, adaptado a las nuevas circunstancias de una guerra moderna, en el enclave geopolítico vigente, aseguren la necesaria defensa de la soberanía de la Nación ante "un ataque exterior" y asimismo complementando a las Fuerzas de Seguridad.
Brigadier (R) Roberto J. Engroba
rjengroba@hotmail.com