Una jugada peligrosa

Una jugada peligrosa
Una jugada peligrosa

La presidenta Cristina Fernández anunció la intención de mandar al Congreso un proyecto de ley para ofrecer a los bonistas de los canjes de 2005 y 2010 cambiar la plaza de pago de las obligaciones, ofreciendo la alternativa de hacerlo en Buenos Aires.

No obstante, al plantear la posibilidad de cambiar al Banco de Nueva York por Nación Fideicomisos no les da posibilidad de seguir haciéndolo en esa jurisdicción. El proyecto, no obstante, dice que el cambio es voluntario y que los bonistas pueden elegir otro agente de pago.

Todo es un juego de sutilezas que busca, como objetivo principal, eludir las acciones del juez Griesa, que no permite el pago para presionar a la Argentina a cumplir con su fallo.

Pero la presidenta ya eligió el camino de no cumplir dicho fallo y por ese motivo esta jugada, que algunos analistas habían anunciado como posibilidad.

Este movimiento no dejó de sorprender porque suena bastante osado, ya que desconocer el fallo de un juez cuya jurisdicción fue elegida voluntariamente,  no es algo normal en el mundo financiero.

Pero esto no es desconocido por la Argentina. Cuando se quiso resolver el diferendo con Chile por las islas Picton, Lennox y Nueva, se apeló al arbitraje de la reina de Inglaterra pero, cuando el fallo fue desfavorable, estuvimos a punto de ir a una guerra con Chile.

En este caso, los argumentos son comprensibles, en cuanto a que no se puede aceptar que un 7% de los bonistas cambie el destino que el 93% había definido en otro sentido, pero el problema es una derivación de la famosa ley cerrojo, que no dio posibilidad a los que inicialmente no habían ingresado al canje, a hacerlo luego.

Pero habiéndose aceptado una jurisdicción, la cual fue ratificada en cada apelación al fallo original, la Argentina no puede ahora desconocerla y el incumplimiento del mismo daría posibilidad a que el país sea puesto en situación de desacato, algo inusual, ya que los países no suelen desconocer los fallos judiciales.

No obstante, en la propuesta de la Presidenta se dice que la Argentina quiere cumplir con todos e, incluso, abre un fideicomiso para depositar los servicios de deuda que correspondieran a los tenedores que no entraron al canje.

La jugada es peligrosa pero sólo agravará un poco más la situación actual. Argentina está en default desde 2001 y nuca dejó de estarlo porque nunca completó el canje y sólo recién arregló la deuda con el Club de París. Argentina está sin crédito internacional desde entonces y lo seguirá estando.

Los problemas de la economía argentina no derivan del fallo del juez de Nueva York sino de decisiones equivocadas tomadas por el gobierno de los Kirchner, que han generado alta inflación, desabastecimiento energético, caída de la tasa de inversión, recesión y aumento del desempleo.

Los desafíos no son fáciles pero no hay que caer en el discurso facilista de aprovechar la situación para echarle la culpa al juez de Nueva York de todas nuestra penurias.

Por Rodolfo Cavagnaro - Especial para Los Andes

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