Una joya neocolonial en el sur mendocino

El edificio del Banco Hipotecario Nacional San Rafael se construyó en los años ´20 y es una obra relevante de la arquitectura de Mendoza.

Una joya neocolonial en el sur mendocino

Una medalla conmemorativa realizada por Gotuzzo & Piana dio cuenta de la apertura de la nueva sucursal de San Rafael del Banco Hipotecario Nacional. Este hecho nos permite conocer que su inauguración se realizó un 16 de setiembre de 1928.

En ese tiempo, la institución creada en 1886 se encontraba en una etapa de gran expansión, abriendo nuevas sucursales no sólo en las capitales provinciales sino también en centros regionales de relevancia. Ese fue el caso de la apertura de la sede ubicada en el sur mendocino, que se realizó el mismo año en que se abrieron también las de Jujuy y Tandil. En la capital mendocina, además, se estaba construyendo un nuevo edificio para reemplazar el que existía en Av. San Martín. Esta nueva obra, que finalmente se inauguró frente a la plaza San Martín en agosto de 1929, es el máximo exponente del neorrenacimiento español en Mendoza. La de San Rafael tuvo también una localización de privilegio, frente a la plaza San Martín, en la esquina de Comandante Salas y Day.

El edificio reemplazó al que había utilizado hasta ese tiempo y que se localizaba sobre la Av. Mitre. La historiadora María Elena Izuel indica que su constructor fue el ingeniero Giusseppe Zoldi, profesional que “había llegado de Roma hacia 1922 y trabajaba para la empresa constructora Profili Hnos. de San Martín”. Asimismo, hemos detectado en revistas especializadas de la época la mención a la empresa constructora de Manuel Chinnici, al que se atribuye la obra en el N° 93 de la Revista de Arquitectura, a través de una publicidad que realizó la Compañía Argentina de Cemento Portland, firma que había provisto el cemento para el edificio. Era muy común que en cada número de la revista, y de otras dedicadas a la construcción, esa empresa -con fábrica en Sierras Bayas, provincia de Buenos Aires- promocionara sus productos a través de las obras importantes que se iban realizando en todo el país. La revista de Arquitectura que editaba la Sociedad Central de Arquitectos era el órgano de difusión y promoción de materiales y empresas.

La fábrica de Sierras Bayas, de capitales norteamericanos, había sido inaugurada en 1919 y fue la que aportó el mayor volumen de cemento a las obras nacionales, compitiendo con el cemento que provenía de Europa y los Estados Unidos. La empresa de Chinnici se había especializado en la construcción de escuelas, como así lo testimonian varios artículos que lo mencionan en la revista Monitor. Así como se comprueban estas participaciones de los constructores, no se ha podido determinar fehacientemente la autoría del proyecto. Seguramente debió estar a cargo de los profesionales del equipo del BHN, que conformaban un staff de prestigio y que para aquel momento adherían a los postulados de la arquitectura considerada “nacional”, y que encarnaban las distintas variantes del neocolonial, con rasgos que remitían a los lenguajes hispanos o californianos. La sucursal San Rafael fue un claro exponente de aquel momento, y su presencia en la esquina de la plaza departamental aporta al espacio público y a la calidad del paisaje urbano, constituyendo a la vez un símbolo arquitectónico.

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