El próximo 7 de octubre se realizarán una de las elecciones más controvertidas –hasta el momento- que pueda recordarse en América Latina. El gigante americano Brasil es considerado una guía para los caminos que recorremos los demás países de la región.
Es el principal socio comercial de la Argentina, y como tal a nosotros los mendocinos nos llega muy de cerca, ya que nuestros vinos y muchos productos agroalimenticios tienen como destino sus supermercados.
Es muy común escuchar que “si Brasil estornuda nos enfermamos todos”. Por eso es de vital importancia en manos de quién quedará su gobierno tras estas elecciones.
Brasil no sólo debe buscar un presidente sino que éste debe ser lo suficientemente legitimado como para que su mandato sea sólido y pueda mantenerse en el tiempo.
Lograr una estabilidad política le podrá dar un rumbo más claro en lo económico y es eso lo que necesitamos quienes comerciamos diariamente con ellos.
El pasado 20 de julio se abrió el registro para las candidaturas presidenciales, que concluirá el 15 de agosto. Día en el que tendremos la lista definitiva de todos los postulantes. Hasta que esto suceda podremos ir observando los movimientos que se registrarán en este escenario cambiante.
Por lo pronto y hasta el momento tenemos casi una decena de postulantes a la presidencia. Los favoritos a dar pelea en esta campaña electoral son los siguientes:
Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT), es según todas las encuestas, quien concentra el apoyo más importante de todos. Con más del 30 por ciento de la intención de voto.
Lo inusual de todo esto es que Lula se encuentra en prisión condenado a una pena de 12 años y un mes por corrupción pasiva y lavado de dinero, por pruebas que algunos consideran de escasa fundamentación.
Hasta el momento, Lula debe ser considerado como un potencial candidato, ya que el Partido de los Trabajadores que él representa, aún no ha registrado oficialmente su candidatura.
Y en este sentido el Tribunal Supremo Electoral de Brasil desestimó una solicitud para declarar la inelegibilidad de Lula reclamada por el Movimiento Brasil Libre (MBL) ya que esta figura solo puede ser aplicada por un juzgado cuando la persona ya oficializó su candidatura.
Según anunció el Partido de los Trabajadores el próximo 28 lanzará la candidatura del ex presidente con grandes movilizaciones en todo el país en la que también reclamarán la libertad del dirigente.
Solo con el 16 por ciento de la intención de voto, le sigue en las encuestas Jair Bolsonaro del Partido Social Liberal (PSL), un ex militar nacionalista y populista.
Marina Silva con su partido (Rede) concentraría el 8 por ciento. Fue ministra de Lula, ex senadora, historiadora y ambientalista.
Empatados con el 6 por ciento cada uno estarían : el médico Gerardo Alckmin del Partido Socialista de los Trabajadores (PSDB); el abogado Ciro Gomes heredero de un poderoso clan familiar del nordeste de Brasil por el Partido Democrático Laborista (PDT) por su nombre en portugués y Luciano Huck, un popular presentador de televisión que lanzó hace poco tiempo su candidatura pero sin partido político.
Esta realidad nos muestra hoy, que el candidato que mejor está posicionado en las encuestas está preso. Y ninguno de los restantes postulantes cuenta con un mínimo apoyo de los electores por lo que nunca lograrían la cantidad de votos para convertirlo en un presidente sólido.
Es decir que esa atomización de opositores favorecería al de mayor intención de voto. Para quienes miramos este escenario desde afuera, ver a un candidato de gran confianza popular, pero preso, cuya candidatura podría ser impugnada por el resto nos dejaría con un vacío de representatividad en los votantes.
Con el peligro de quien resultare electo no cuente con el apoyo suficiente para poder gobernar y tomar las decisiones necesarias para sacar a Brasil de la crisis imperante y fortalecer su democracia. Lo cual sería muy malo, no sólo para Brasil sino para toda América del Sur.
Habrá que esperar entonces la titularización de los candidatos, observar la decisión de la justicia sobre quien concentra la mayor intención de votos, pero que está en la cárcel y la expresión del pueblo brasileño, que será en definitiva quien determinará el futuro de este gigante.