Una historia de superación constante

El ganador del bronce viene de una familia muy pobre y con antecedentes de violencia.

Una historia de superación constante

El bonaerense Hernán Barreto ganó la medalla de bronce en la prueba T35 de los 100 metros llanos. Barreto registró un tiempo de 12s85 y finalizó tercero de la prueba que ganó el ucraniano Ihor Tsvietov (12s31), quien se quedó con el oro.

En la misma carrera, Nicolás Aravena y Diego González hicieron 13.45 y quedaron en sexto lugar, con un Diploma. ¡Espectacular!

Procedente de una familia en la que los recursos no sobraban, Hernán, quien vive con las secuelas de una parálisis cerebral, cuenta: “En un principio se me complicaba. Venía y me entrenaba con mis zapatillas todas rotas. Recién cuando me becaron pude mejorar mi vestimenta”.

Además, agrega que se propuso ayudar económicamente a su familia, compuesta por su madre y sus siete hermanos.

“Así fue -explica- desde el momento en que me dijeron que podía conseguir muchas cosas en el deporte. He logrado lo que he logrado por la fuerza que me dio mi familia. Sin ellos, no estaría acá”.

“Antes trabajaba de lo que sea. Me decían 'andá a cortar el pasto, y yo iba'. Nunca me importó que la gente me dijera que no podía por mi discapacidad”, relata quien en 2011 obtuvo dos oros en los Parapanamericanos de Guadalajara, éxito que repitió en Toronto 2015.

“Había días que no se comía en casa. El pan y la leche eran nuestra comida. Pero a veces ni siquiera”. Ahora tiene motivos para sonreír: “Hoy por hoy, gracias a las becas, estoy bien económicamente como para sostener a la familia que formé con mi señora y mi nena de tres meses”.

No solo sufrió de hambre Barreto. Peor que eso fue padecer la violencia física y psicológica de su padre. “En un momento mi papá se había puesto de novio con otra mujer.

Empezó a tomar alcohol, se puso agresivo, venía a las 12 de la noche y le pegaba a mi mamá porque no tenía plata para comer. Hasta que un día me metí y le dije que se fuera. Si bien terminé golpeado yo también, terminó entendiendo y se fue”, recuerda.

Afirma que el atletismo fue, en un principio, un escape de esos problemas que aquejaban a su familia. Aunque sostiene que fue justamente a través de esas dificultades que encontró el impulso necesario para alcanzar sus metas.

Y fue así como logró sobreponerse ante tantas adversidades hasta convertirse en uno de los referentes del paralimpismo argentino. En sus inicios, este fanático de Boca también jugó al fútbol, hasta que uno de sus entrenadores le dijo que si deseaba llegar a algo se dedicara exclusivamente al atletismo.

“El fútbol no es lo tuyo”, le soltó. El tiempo le dio la razón.

Desde allí, Barreto ganó también dos bronces en 100 m y 200 m en el Mundial de Lyon 2013, que se suman al obtenido en los 200 m de Londres 2012 y al que conquistó ayer en Río de Janeiro.

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