Algarroba a la taza. Basta con hervir leche de soja con varias cucharadas de algarroba en polvo y, si es necesario, podemos añadir una cucharada de almidón de maíz para que espese.
Si su dulzor natural no fuera suficiente podemos recurrir a la canela o al azúcar moreno como opciones más saludables.
Esta es una de las recetas más simples, perfecta para una tarde de invierno, pero también pueden elaborarse bizcochos, tartas y hasta helados. La premisa es usar la harina de algarroba en lugar del cacao.
Mousse de açai. Muy popular en Brasil, este postre requiere: gelatina neutra, 600 gr de açai y un vaso de leche desnatada. Batir todos los ingredientes y dejar cuajar en la heladera. Servir acompañado de banana y voilà! ¿Quién dijo banana split?