Un sistema fotovoltaico de 216 paneles ayudará a impulsar uno de los pozos de agua con los que cuenta la finca Bautem. Es un emprendimiento de 220 hectáreas, en Barrancas, que además será proveedor de energía limpia a la red. Su puesta en marcha responde al objetivo de disminuir el impacto en el ambiente y reducir los costos de una manera sustentable.
En 2010, David Mayo, uno de los dueños de Sommier Center, viajó con su esposa Carina a Mendoza, invitado por un amigo que tenía un proyecto de olivicultura cerca de El Carrizal. Encantados con la zona, decidieron empezar a buscar una tierra para desarrollar un proyecto vitivinícola. Hoy, Bautem es una realidad de 220 hectáreas en Barrancas (Maipú), de las que 70 tienen viñedos, 40 almendros y una pistachos.
Aunque ya está implantado, todavía parece difícil que ese suelo pedregoso sea productivo. "Un día me sube en un avión y me trae acá -todo matorral y piedras, y me dice 'quiero comprar esto y hacer una finca, con uvas'", recuerda Carina y confiesa que cada vez que viaja a Mendoza desde Tigre, donde viven, se emociona al ver lo que lograron con el equipo de trabajo local.
"Esto era monte nativo. Pero mis padres, que ya no viven, eran misioneros. La tierra y el campo siempre fueron algo muy familiar para mí. El monte no me achicaba", plantea David. Y explica que si bien la idea era hacer un proyecto familiar, a largo plazo, un viaje con amigos aceleró los tiempos. En 2011 visitó el terreno con algunos cercanos y decidieron unirse al proyecto. Así nació Bautem (Buenos amigos unidos trabajando en Mendoza). Finalmente, los socios terminaron retirándose y ahora volvió a ser un emprendimiento del matrimonio.
Mayo es arquitecto pero comenzó a trabajar desde joven en la empresa de su familia, dedicada a la producción, distribución y comercialización de colchones y sommiers. Sin embargo, la vitivinicultura le atrajo siempre y luego, para diversificar la inversión y no estar atado a los vaivenes de esta producción, decidió incursionar en el cultivo de frutos secos.
En las 70 hectáreas con vides hay diversas variedades: malbec, cabernet franc, petit verdot, bonarda, tanat y moscatel. La intención fue siempre proveer de uvas de calidad a la industria, pero, para mostrar a los enólogos de las bodegas qué producto se podía lograr con esta materia prima, elaboraron un vino sin etiqueta. Y como fue bien recibido, decidieron darle una marca: Abito Wines, los single vineyard tintos, blancos y rosados, que elaboran con Valeria Bonomo, la ingeniera agrónoma a cargo de la finca, y Sergio Montiel, el enólogo.
Pese a eso, Mayo resalta que el vino es algo complementario, porque su principal meta es abastecer a la industria, ya que entiende que crear una marca y desarrollar canales de comercialización es complejo. De todos modos, ya tiene planeado construir una bodega en la finca, con alojamiento y restaurante.
Además, de las vides, 40 hectáreas están implantadas con almendros de variedades españolas, de cáscara dura, de las que las primeras 10 alcanzaron la etapa productiva. Y decidió sumar una hectárea de pistachos, para probar cómo se adaptan al suelo y clima de Barrancas, y, si responden, quiere plantar una superficie similar a la de almendros.
Tecnificación
En la finca Bautem han implementado una serie de prácticas que tienen como objetivo disminuir el impacto en el ambiente y reducir los costos. El 100% de los cultivos tienen riego por goteo y herramientas tecnológicas para medir la humedad del suelo y la necesidad de agua de las plantas, para hacer un uso más eficiente de este recurso.
También cuentan con una pulverizadora que reduce el uso de agroquímicos. Y ayer inauguraron un parque solar, que es el primero en la provincia que abastecer una perforación.
Valeria Bonomo, la ingeniera agrónoma al frente del emprendimiento, explica que el agua es un recurso esencial y dependen de perforaciones, y la electricidad pasó de ocupar el séptimo lugar en su estructura de costos hace cuatro años, al segundo puesto en 2018, por la suba de tarifas.
Se trata de una estructura de 216 paneles fotovoltaicos de 330 w, que amortizarán en un plazo de 5 años, para luego contar con 20 a 25 de energía sin costo y limpia. Alexis Atem, de Energe, la empresa que proveyó el equipamiento, resaltó que en las épocas en que no riegan, están generando energía que se vuelca a la red para guardar como crédito con la distribuidora. Por otra parte, con este sistema se ahorra la emisión de 70 toneladas de dióxido de carbono, que equivale a los que absorberían 140 árboles.
El ministro de Economía de la provincia, Martín Kerchner, explicó que este es uno de los 66 emprendimientos -hoteles, bodegas, industrias en general- que fueron incluidas en un financiamiento con tasa subsidiada que gestionó el gobierno provincial para los interesados en realizar inversiones en eficiencia energética. Si bien ese fondo, aportado por el BID a través del BICE, ya se entregó, ahora hay otra línea vigente, en dólares, a 15 años, pensada para empresas con un flujo en esta moneda.