Una fiesta previsible y sin alma

La 46ª edición de los premios mediáticos argentinos probaron que escindir las ceremonias no garantiza el entretenimiento. La fiesta se apoyó en la idéntica fórmula de otras ediciones. Los grandes ganadores: Jorge Lanata e “Historia de un clan”.

Una fiesta previsible y sin alma

Los grandes ganadores, a la hora del balance, fueron Jorge Lanata y la producción de Telefé: “Historia de un clan”. Sucedió anoche durante el evento que, durante meses, fue motivo de polémicas encendidas (el nivel de nuestras polémicas es, claramente, asunto de reflexión).

Es que en su 46° edición la Asociación de Periodistas de Televisión y Radiofonía Argentina (Aptra), decidió separar las ceremonias nacionales de la radio y la tevé. Muchas voces se alzaron pregonando discriminación para con los periodistas y conductores radiales, mientras que otras apoyaban el cisma mediático, amparados en la posibilidad de que ambas fiestas fuesen menos tediosas y largas.

Sea cual fuere el argumento, anoche todo quedó en el pasado. La ansiada cena para las estrellas de la tele nacional llegó: fue el hotel Hilton Buenos Aires el que se vistió de gala, para celebrar la entrega de los premios Martín Fierro a las pantallas argentinas.

Las ‘celebrities’ nacionales tomaron sus asientos en las mesas, dispuestas en el gran salón, y se prepararon para disfrutar del evento más importante de nuestra tevé; lo que nos invita a pensar cómo es posible que esta insípida y poco sorprendente ceremonia sea “lo mejor” que podemos dar en materia televisiva. Sí: la producción está en crisis, en contenidos y abordajes.

La ceremonia de premiación (que se transmitió por El Trece  de Buenos Aires y Canal 7 de Mendoza) se realizó en el monumental Salón Pacífico del Hilton y los anfitriones fueron Mariana Fabbiani y Guido Kaczka, conductores que el año pasado también compartieron el puesto. La gala comenzó, a las 21.30, con audios y videos de los programas y artistas nominados a quedarse con las estatuillas de cada categoría.

La 46° edición contó con 600 invitados mientras que otras 250 personas trabajaron para el armado y desarrollo de la fiesta. Por primera vez, durante la ceremonia, se utilizaron dos aplicaciones que se usan en entregas de premios de otros países: el Twitter Challenger, que permite que los famosos se tomen fotos y creen videos o GIFs para subirlos a esa red social; y el Twitter Q&A, que permite a los ganadores de cada terna responder preguntas de los seguidores a través de un video.

Algunos ganadores subieron al estrado para defender a la gestión política anterior, otros como Débora Plager, hicieron mención a la imposibilidad de trabajar en los medios en el mismo período.

Sebastián Presta, ganador en Mejor Labor Humorística expresó: “me quiero solidarizar con los miles de compañeros que se han quedado sin trabajo, que no son ñoquis”, dijo. Así, la famosa ‘grieta’ política se instaló también en los mayores premios de la televisión nacional y la atravesó durante toda la noche. Es que en los rubros ligados con el periodismo televisivo, los ganadores no se ahorraron las prédicas.

Hubo chiflidos para el ganador Jorge Lanata (el gran ganador de la noche), que no dudó en tildarlos de “los imbéciles de atrás... -y acotó entre otras cosas-. Este país está como está porque nos callamos la boca cuando un imbécil nos patotea”. Las denuncias también caldearon las palabras de Mario Massacessi, Mejor Cronista/Movilero, que dijo: “Los movileros somos el primer borrador de una historia que después va a ser contada... En los últimos meses muchos compañeros han quedado literalmente en la calle... mi solidaridad con todos ellos”.

Un homenaje a Guillermo Bredeston, que atraviesa un gravísimo estado de salud, se abrió paso en la veloz entrega de premios y le otorgó algo de calidez a la pantalla. Fue un buen gesto de Aptra el de celebrar la trayectoria de un actor como Bredeston: señero en la tv de otro tiempo y que aún está entre nosotros, batallando por la vida. Su premio a la trayectoria lo recibió su emocionada esposa, la actriz Nora Cárpena, acompañada por sus nietos. Claro, también llegó el deslavado instante de los “que se fueron” y no mucho más para el lagrimón.

Con los premios a Mejor Autor y libretista para Javier van de Couter y Pablo Ramos, y Mejor Actor de Reparto para Tristán, la exitosa tira dirigida por Luis Ortega abrió la noche de éxito para “Historia de un clan”. El mismísimo Luis se ganó como Mejor Director, uno de los premios más merecidos de la noche; por la extraordinaria mirada que Ortega le imprimió a la serie producida por su hermano Sebastián: repleta de climas y atmósferas como pocas veces se ha visto en la tv argentina. La única sorpresa de la noche fue Claudia Fontán, que rompió su racha de nominaciones sin premio.

Con los favoritos cantados, toda la fuerza de producción puesta en la celeridad de la entrega, una conducción de Fabbiani y Kaczka que no pasó de correcta, cerró esta edición 46 de los Martín Fierro (los medios autocelebrándose); que no quedará para la historia.

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