Una escuela tupungatina cansada del vandalismo

El centro de capacitación para el trabajo es blanco permanente de daños. Reclaman vigilancia.

Una escuela tupungatina cansada del vandalismo
Una escuela tupungatina cansada del vandalismo

Tiempo atrás, la labor solidaria del Centro de Capacitación para el Trabajo Nº 6-205 de Tupungato era destacada en los medios: sus alumnos llevan años construyendo juegos y mobiliario para jardines maternales de la zona.

En los últimos meses, la institución volvió a ser noticia, pero esta vez por haberse convertido en blanco de constantes robos, destrozos y hechos vandálicos.

"Pareciera haber un ensañamiento contra la escuela", sostienen los docentes. En lo que va del año -y a través de distintas incursiones nocturnas al establecimiento- los vándalos han quemado un vivero, roto macetas del patio, robado maquinarias y elementos de taller y destrozado vidrios, luminarias, cerraduras y alambrados sin ningún miramiento.

Pero la situación llegó a su punto límite la noche del miércoles. Ya habían derribado, en cuatro oportunidades, distintos paños de la medianera que la institución viene construyendo desde el año pasado.

Aprovechando la suspensión de clases por el viento zonda, ese día voltearon los 15 metros totales de la pared oeste -el trabajo de 20 días de los obreros- e ingresaron a romper vidrios y robar dos banderas de la escuela.

"Ya no sabemos cómo actuar ni cómo protegernos. Hemos denunciado cada uno de los hechos delictuales, pero no cambia nada", expresó con notable frustración Marcos Méndez, vicedirector de la escuela.

Pese a que este accionar se presenta con sorprendente recurrencia, ninguno de los vecinos dijo haber notado movimientos o ruidos extraños, según relevó la Policía.

Este Centro de Capacitación cumple una destacable función social en Tupungato. Es el que actualmente brinda una respuesta concreta -con salida laboral incluida- a los chicos con extraedad o fracaso escolar.

Tiene una matrícula de 600 alumnos, que asisten en tres turnos, y de los cuales 200 pertenecen a una articulación con el Cebja Monseñor Fernández, de la villa cabecera.

Su propuesta educativa se apoya en cinco especialidades: modas, gastronomía, carpintería metálica, carpintería de banco y mecánica. Además, dicta un total de 15 cursos cortos para población generalmente adulta.

Pese a la problemática social que atiende y a la numerosa población no cuenta con un gabinete o asesoramiento pedagógico. La profunda desazón que vivencia esta comunidad escolar se entiende cuando sus miembros relatan el largo camino de reclamos que recorrieron para lograr este cierre perimetral de ladrillo.

Llevan años pidiendo un sereno, alarmas o el financiamiento necesario para construir un paredón que les provea la seguridad que necesitan. En la última década; los profes hicieron bingos, sorteos y miles de eventos para colocar la malla metálica que hoy cubre los 150 metros de perímetro que tiene el predio escolar (de casi una hectárea).

"Cada dos por tres, la malla aparece con un nuevo agujero", apunta el secretario del colegio y concejal, Claudio Brunetti. En el interior del predio también funciona una escuela primaria, recientemente creada.

A fines del año pasado, este CCT pudo conseguir los materiales de construcción gracias al aporte monetario de los docentes y subsidios que les destinó el Concejo Deliberante. Desde el municipio, colaboraron con la mano de obra.

Así, pudieron levantar la pared norte y habían empezado con la del sector oeste, que es la que derribaron por completo. "No podemos rescatar ni las vigas", dijeron.

Como una cachetada del destino, ayer los alumnos vivieron su acto del 9 de Julio sin bandera y con el colegio destruido. Las reacciones en apoyo a la institución no tardaron en llegar.

Ayer mismo, el CD tupungatino aprobó una resolución por la cuál le pide a la DGE que "arbitre los medios para conseguir alarmas o un sereno para esta escuela", acotó su presidenta, Nely Velarde.

La delegada de la DGE, Cristina Miranda, dijo que venían manteniendo reuniones con los comisarios de la zona para reclamar mayor presencia policial y seguirán en este sentido. Adelantó que destinarán a un celador que haga las veces de sereno -en contraturno- durante el receso escolar.

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