Claudia Lorena Panzardi es la intendenta de Laguna Blanca, una pequeña localidad ubicada a 45 kilómetros de Resistencia, la capital del Chaco y que, además, compite ahora por una banca en la Legislatura de esa provincia.
Ella fue noticia cuando se conoció que una escuela secundaria de la localidad llevará su nombre, luego de una supuesta "votación democrática" de la que habrían participado los integrantes de la comunidad educativa. Lejos de rechazar la propuesta, la señora se limitó a decir que no podía negarse al homenaje, aunque le faltó quizás el adjetivo de "merecido" para que cerrara convenientemente ese acto de "humildad".
Por esas cuestiones del "destino", la vida privada de Panzardi está muy emparentada con su vida pública. Está casada con Pedro Maidana quien, a su vez, es el intendente de Colonia Elisa, ubicada a pocos kilómetros de Laguna Blanca y que ahora se postula para un nuevo mandato.
En ese marco y para evitar malas interpretaciones, suelen dormir alternadamente un día en cada casa, a los efectos de evitar que alguien pueda aducir que tienen residencia fuera del lugar de su mandato. "Pase lo que pase, al final del día nos juntamos", suele asegurar ella con cierta dosis de picardía.
Precisamente fue el destino el que los cruzó y los hizo conocer en 2003, durante el velorio del padre de él, Humberto Maidana, que era intendente de la localidad. Ella había ido al velorio a acompañar a su padre, Américo Panzardi, por entonces intendente de Laguna Blanca y amigo del intendente fallecido. Una semana después, el que murió de un repentino paro cardíaco fue el padre de Claudia y el que fue a ofrecer sus condolencias fue Pedro.
Las dos intendencias habían quedado acéfalas y los dos -en ese momento eran novios- se presentaron como candidatos, imponiéndose en los comicios, candidateándose por consejo del entonces gobernador Jorge Capitanich. Quizás la frase de campaña que utilizaron ambos para sus respectivas campañas resuma la realidad de la situación: "Juntos podemos más", dicen los pasacalles.
Los dos, también, se copiaron a la hora de recordar a sus respectivos antecesores. Claudia bautizó Américo Panzardi al nuevo polideportivo del pueblo, mientras Pedro le puso el nombre de su padre a la avenida principal del pueblo.
Pero la verdadera barbaridad política se produjo días pasados, cuando se decidió colocar el nombre de Claudia Lorena Panzardi a una escuela secundaria de Laguna Blanca, de la que ella es intendenta.
"Un día se acercó una docente y me dijo que, por votación, habían decidido que la escuela secundaria llevara mi nombre. Yo les dije que no era necesario y propuse otros nombres, como los de Cristina Kirchner o Jorge Capitanich, que habían ayudado a realizar (construir) esta escuela con sus políticas, pero la gente se negó", contó, con una humildad envidiable, Claudia a una radio de Capital Federal. Lo grave y serio del caso es que el Ministerio de Educación confirmó la propuesta "de acuerdo con los antecedentes de la persona que será homenajeada".
Lo ocurrido con la intendenta de Laguna Blanca, es quizás el mejor reflejo de lo que sucede en esta denominada "década ganada" por el kirchnerismo. Que coloca el nombre de Néstor Kirchner a toda obra de importancia que suele ser inaugurada, del mismo modo que ya comienzan a aparecer otros obsecuentes que proponen también el nombre de Cristina para cualquier cosa. Decisiones que no hacen nada bien a la democracia que todos los argentinos debemos defender y hasta lesionan las figuras -por reacción de la gente- de quienes el Gobierno quiere homenajear.