Si en la Casa Rosada albergan esperanzas de revertir en las presidenciales de octubre la paliza electoral del PASO del 11 de agosto, ese milagro político necesariamente debe arrancar hoy en Mendoza, con la Unión Cívica Radical reteniendo la gobernación. Es el quinto distrito electoral del país: Buenos Aires y la Capital Federal tienen elecciones el 27 de octubre; Santa Fe y Córdoba ya quedaron para el peronismo, en la primera de ellas desbancando a la coalición socialista-radical que gobernaba desde el 2007.
Para el analista político Lucas Romero "Mendoza tiene un valor simbólico especial al ser la primera elección provincial después de las PASO. Antes de las primarias, la elección de Mendoza no despertaba muchas expectativas para el gobierno y para la oposición. Se descontaba el triunfo del oficialismo provincial y también del oficialismo nacional. Pero el impactante resultado de las PASO nacionales dejó dudas e interrogantes".
Romero cree que “un triunfo de Fernández Sagasti, algo que no parece probable, sería la materialización de que la ola en términos de cambio político toma una dimensión tan grande que pueda llegar a preocupar a Rodríguez Larreta”.
Como "trascendental" definió a este medio un dirigente macrista respecto a la importancia que se le asigna en la Casa Rosada a la elección mendocina. En este caso, a diferencia de otros distritos, al menos en la previa no se le restó valor político al resultado de estos comicios provinciales.
Mauricio Macri relanzó su candidatura presidencial ayer con una marcha porteña (la primera de una treintena de actos en todo el país, ver página 15), por lo que en Cambiemos esperan consolidar el envión anímico con un buen resultado mendocino.
Paradójicamente, un triunfo del oficialismo en Mendoza saldaría en parte la pulseada sostenida meses atrás por el jefe de gabinete Marcos Peña con distintos jefes provinciales respecto a la conveniencia o no de desdoblar los comicios de la elección nacional. Jujuy fue a contramano de la Casa Rosada y el radical Gerardo Morales resultó reelecto el 9 de junio pasado. Cornejo tiene este domingo la posibilidad de saldar a su favor aquella discusión estratégico-electoral.
"Mendoza terminará de configurar el mapa de poder de la futura oposición", dijo Romero, director de la consultora Synopsis. "Su resultado es clave para las aspiraciones políticas de Cornejo como diputado nacional. No será lo mismo llegar a la Cámara habiendo dejado un gobierno ganador que perdiendo en su distrito. Al radicalismo, retener Mendoza le servirá para reclamar un lugar en un eventual armado opositor", evaluó el analista político.
Habrá consecuencias también en la interna radical. En este año electoral, el partido ha perdido el gobierno de varias capitales provinciales (Córdoba, entre ellas; Neuquén días atrás). Y una derrota en Mendoza alentará al grupo de dirigentes críticos de la conducción de Cornejo.
Por su parte, el presidente y candidato a la reelección Mauricio Macri se mantuvo alejado de la campaña mendocina. Suárez ya dijo que representa a "Cambia Mendoza", una expresión política "mucho más amplia que Cambiemos". Y Cornejo ordenó "provincializar", al punto que desde el entorno del candidato Suárez se acusó al peronismo de "campaña sucia" por repartir volantes truchos en los que aparecía junto a Macri. No obstante la "ninguneada", un posible triunfo de Suárez, no quepa duda, levantará los ánimos en la Casa Rosada.
Fernández y el peronismo
El Frente de Todos dejó en claro el martes pasado que apuesta fuerte a meter a Mendoza entre las provincias cuyos gobernadores apoyan la fórmula de los Fernández. Rodeado por una docena de mandatarios provinciales, más representantes de otros distritos, Alberto Fernández eligió Mendoza para anunciar la que será su primera medida en una eventual presidencia: la creación de capitales alternativas, para descentralizar el gobierno nacional y los propios distritos. La candidata Anabel Fernández Sagasti salió en la foto junto a los gobernadores.
“Creo que eso es un indicio, no de su estrategia electoral, sino de su estrategia de poder: federalizar su gobierno como una manera de ‘deskirchnerizar’ el poder. Esto es, ‘desconurbanizar’ el poder”, interpretó Romero.
"Todos se preguntan cómo será la convivencia entre Alberto y Cristina Fernández en un posible gobierno. Uno diría que es una relación desequilibrada. A los votos los pone Cristina. La mayoría de los legisladores serán kirchneristas. Y hay que sumar el epicentro geográfico que implica Kicillof gobernador", continuó el consultor, para quien "Alberto Fernández va a querer ganar márgenes de autonomía. De ahí que pretenda federalizar el gobierno, federalizar el poder. Por eso se está recostando en los gobernadores y por eso lleva esa noción a Mendoza, justo allí donde su frente propone una candidata kirchnerista".
Nadie sabe, sin embargo, si este juego de contrapesos está acordado entre Alberto Fernández y Cristina Fernández o se trata de una puja que terminará de saldarse en el poder, si ganan las elecciones de octubre.