Una diversión nocturna juvenil más segura

La diversión de miles de jóvenes de noche y madrugada exige acciones constantes e innovadoras. Se trata de proteger a un grupo etario que es la esperanza de la provincia.

Una diversión nocturna juvenil más segura

Hay muchos temas de máxima atención en la provincia y uno de ellos, sin lugar a dudas, es la diversión nocturna, dado que involucra a un grupo etario trascendente, los jóvenes. Esta actividad de esparcimiento tiene su ley, la número 8.296, y varios decretos reglamentarios que intentan poner orden y control en el movimiento de un número importante de muchachos y chicas que deambulan ya no tanto de noche sino de madrugada y casi de mañana.

En fines de semana, feriados y vísperas de feriados se observa una concentración de muchachos que van a bailar en diversas zonas del Gran Mendoza. Precisamente en esos días y horarios es cuando se produce el mayor número de incidentes viales fatales, donde mueren principalmente jóvenes.

Lo primero que marcamos como propuesta es revisar, con debate previo, los horarios en que miles de jóvenes disponen para entretenerse, sin ánimo de ser restrictivos ni atacar una labor absolutamente legal como es la de explotar locales bailables. Cuánto más seguro sería que los horarios se corrieran y los muchachos no tuvieran que deambular a altas horas de la madrugada, con los riesgos que ello implica.

Sea como fuere, la realidad manda y el cierre de las puertas de los establecimientos habilitados opera a las 6.30, que en invierno es noche cerrada, y en verano ya hay claridad diurna. Por más que se produzcan, en ocasiones, episodios graves en los mismos centros de diversión o en los alrededores, entre las 2.30 y el cierre, lo más demandante, lo que tiene más ocupados y preocupados a padres y autoridades, son los siniestros de tránsito en el regreso a los domicilios.

Se han registro muchos en los últimos tiempos, con pérdida de vidas que prácticamente arrancaban su existencia. Hay además un segmento importante de jóvenes que asumen la problemática.

En la Legislatura provincial, caja de resonancia de lo que sucede en la comunidad, hay mucha producción de iniciativas para resguardar a los jóvenes. Claudia Najul, senadora, es una de las representantes que se ha ocupado del tema. Por supuesto que no es la única, y muchos colegas tienen a la diversión nocturna en su mira.

La legisladora y los progenitores también están solicitando el efectivo control de los horarios de apertura de los recintos para bailar, de cierre de la taquilla y de finalización de venta de bebidas alcohólicas y el punto final de la diversión. En todos los casos se han comprobado incumplimientos flagrantes, especialmente en el capítulo de poner punto final a la venta de tragos.

Se lucha entonces por evitar los hechos dolorosos e irreparables, y en ese sentido colabora mucho la acción de los padres preventores que, de acuerdo con los datos que se disponen, la nuestra sería la única provincia que posee este mecanismo innovador.

Con el mismo propósito están las leyes del conductor asignado (uno de los asistentes a la diversión se presenta como la persona que llevará de regreso a sus amigos y se somete al control de alcoholemia al salir del local) y la corresponsabilidad de los mayores (progenitores o tutores) en casos de que un joven entre los 18 y 21 años sea causante de un accidente fatal en el retorno al hogar.

Todavía se puede hacer más en este camino de conseguir festejos sin consecuencias penosas. Es la integración de grupos de reflexión antes de que los chicos reciban su carnet habilitante para manejar automotores, con la participación de varios actores, principalmente de los padres. Se trata de que los noveles conductores se percaten de que la conducción de un vehículo puede compararse al manejo de un arma que puede matar.

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