Once días después de su muerte, los restos del fiscal Alberto Nisman son velados en Casa O'Higgins, en el barrio porteño de Belgrano. La ceremonia fue reservada para los familiares y amigos más cercanos del funcionario del Ministerio Público Fiscal, según informó la AMIA en un comunicado.
A pesar del carácter privado y de la lluvia que cubrió la ciudad gran parte del día, muchas personas se acercaron hasta la puerta de la casa de velatorios para dejar una flor y apoyar a la familia con carteles. “Todos somos Nisman”, podía leerse. “Basta de corrupción e impunidad K”, decía otro afiche.
“El pedido expreso y conjunto de la familia y de AMIA es que tanto las ceremonias del velatorio como del entierro puedan realizarse en un marco de absoluto respeto hacia su memoria, y de especial cuidado hacia la intimidad de los deudos directos”, menciona el comunicado de AMIA.
Según informó la Agencia Judía de Noticias, por pedido de la familia se planificó una ceremonia religiosa que comenzó a las 23 dirigida por el Rabino Marcelo Polakoff. Los oradores fueron el filósofo Santiago Kovadloff, el vicepresidente de la DAIA, Waldo Wolff, y un representante del poder judicial.
El cuerpo Nisman fue entregado ayer a sus familiares y trasladado a la cochería de la mutual judía, donde se le realizó el lavado ritual del cuerpo de acuerdo a lo establecido por las normas judías.
Después del velatorio, hoy a las 9, un cortejo fúnebre trasladará los restos del fiscal hacia el cementerio judío de La Tablada.
La bronca de la gente que se había autoconvocado frente a la cochería quedó de manifiesto cuando la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, ingresó minutos antes de las 22 al lugar.
Gils Carbó llegó a la sala donde son velados los restos de Nisman en automóvil, escoltado por otros dos, y varios de los presentes comenzaron a insultarla y a silbarla, y hasta se produjeron empujones y patadas al vehículo.
