De un lado había tranquilidad por el resultado conseguido; del otro la sensación de que será una semana caliente en calle Vergara.
En el camarín ganador, Juan Alejandro Abaurre dejó sus primeras impresiones de un clásico donde su equipo fue gran protagonista:
“Teníamos que ganarlo y ahora podemos empezar a pensar en que nos podemos ilusionar. Habían muchos factores que hacían fundamental este partido”, dijo.
-¿Sorprendió el flojo juego del rival?
-Queríamos ganar el partido y pretendíamos ganar las espaldas de los carrileros. El calor generó un desgaste especial, por eso quiero destacar lo que hizo mi equipo.
-Este momento se parece a tu llegada al club, hace un tiempo atrás...
-Sí, lo que pasa es que llegamos en un momento donde el equipo no estaba bien. Queríamos darle nuestra impronta y eso lleva un tiempo.
Hoy estamos disfrutando de eso.
Mientras, del otro lado, intentando desdramatizar la derrota, Carlos Sperdutti enfrentó los micrófonos con una sonrisa y regaló algunas ‘perlitas’.
“Hemos ganado un clásico cada uno y ahora vamos a jugar el bueno en Maipú (risas). Ellos hicieron muy bien las cosas en el primer tiempo y a nosotros nos están matando este año esos primeros 45 minutos. Fuimos mucho más en el segundo tiempo, aunque creo que ganó muy bien Gutiérrez. Veremos qué pasa a partir de ahora”.
“Eso de encontrar o no el equipo es relativo. Cuando tenés un plantel de 18 jugadores, tenés el equipo armado. Jugás mal, perdés”, afirmó.
-¿Es derrota y nada más?
-¿Querés que diga que me voy? Yo colaboro con Maipú. Estoy ahí porque somos una familia.
-Tuvo un fuerte cruce con Amaya...
-Con el Negro siempre discutimos, porque con los Negros siempre se discute. Lo digo con buena onda, ¿eh? (risas). Amaya es plazo fijo conmigo: nunca le saqué la camiseta. Con eso digo todo.
Incidentes en el entretiempo
Apenas finalizado el capítulo inicial, los barras locales salieron disparados hacia el sector donde se encontraban algunos directivos del Cruzado y la emprendieron con toda clase de insultos.
¿El motivo? Entre la delegación visitante se encontraban dos reconocidos barras botelleros.
“Cuando vamos allá no nos dejan entrar”, le marcaban a las autoridades celestes, que buscaban calmar los ánimos a toda costa. Sin embargo, la discusión se trasladó a la platea y por fortuna no pasó a mayores.