Embarrarse los pies en el lodo de las internas parecía una práctica reservada a partidos tradicionales, como la UCR o el PJ. Sin embargo el Pro, el partido que creó el presidente Mauricio Macri, tampoco es ajeno a eso.
Se nota en la virulenta batalla que protagonizan los dos sectores que desde marzo comparten la conducción partidaria local.
A esos espacios los lideran el presidente del Pro local, el intendente de Luján Omar De Marchi, y la diputada nacional Susana Balbo, que con aquel acuerdo logró mayoría en el Consejo Directivo y la Asamblea partidaria.
La pelea es tal que llegó a la Justicia penal, con una denuncia que un militante de Balbo, Patricio Civit, elevó al Tribunal Federal N° 2.
La acusación es contra los miembros de la Junta Electoral partidaria, a quienes responsabiliza por irregularidades en la conformación de la Asamblea.
El denunciante también liga al subsector de Gustavo Cairo, ex presidente partidario, que milita con De MarchiCivit denuncia cambios en el listado de asambleístas, algo que avaló la Junta Electoral integrada por Verónica Guevara, Fabián Jiménez y Adrián Palma (los dos últimos terminaron integrando esa lista).
El 4 de marzo pasado, ambos sectores acordaron conformar la lista conjunta, que dejaba a De Marchi como presidente y a Balbo con mayoría decisora. Esto es 8 de los 15 integrantes del Consejo Directivo y 16 de los 30 miembros de la Asamblea.
El acuerdo lo firmaron los apoderados, Pedro de Rosas (De Marchi) y Manuel López González (Balbo). Tras el acto, González pidió a una escribana que transcribiera el acuerdo y un día después entregó al partido la copia notariada.
“El 10 de marzo nos enteramos que la Junta Electoral había cambiado los nombres”, dijo Civit. Además se comprobó que habían salido cuatro titulares y habían sumado 10 suplentes. La acusación recayó sobre Cairo, a quien pertenece “la Junta y los 10 suplentes”.
El aludido Cairo respondió: “La denuncia es una ridiculez”. Desde su visión la irregularidad se dio al revés. “Tal vez por inexperiencia conformaron la lista con gente no afiliada y eso hubo que arreglarlo”, dijo el ex senador.
Además, indicó que “el sector de Balbo se quedó sin gente” y por eso “envía a su empleado” (Civit tiene un cargo en el Congreso) a hacer la denuncia.
Ya antes del acuerdo de marzo la relación entre los sectores no era buena. De hecho, los de Balbo, que se hacen llamar “Pro puros” (frente a los de pasado en el PD) habían denunciado irregularidades en los balances, tanto en la gestión de Pablo Priore (2011-2013) como la de Cairo (2013-2015). “Hay balances entregados fuera de término. Y el de 2014 tiene doble dictamen de rechazo”, dijo Civit.
Cairo lo negó. “Están por ser aprobados”, se defendió.
En tanto los líderes de sectoriales no quisieron involucrarse en la disputa. “No estoy muy al tanto”, dijo De Marchi. “Veo un grupo que se preocupa más por obstruir que por construir”, destacó.
Balbo también se despegó. “A pesar de que quieren involucrarme como autora intelectual, no soy quien tomó esas decisiones. Las reuniones se hacen cuando no estoy en Mendoza”, justificó.
Aunque sí quiso dejar un mensaje: “Si hicieron las cosas bien, que estén tranquilos. Y si las hicieron mal, que rindan cuentas. Como lo dice nuestro presidente, transparencia”.
