Los intendentes jugaron un fuerte rol durante estos 35 años de democracia. A fines de octubre Los Andes publicó un informe en el que se expuso la cantidad de años que llevaban los intendentes de los departamentos en sus comunas. Así, la sociedad mendocina se enteró que en San Carlos, donde nació el gobernador Cornejo, y Junín sólo se han elegido tres intendentes desde 1983. También supimos que hay cuatro jefes comunales que transitan su cuarto mandato. Esto es 16 años al frente de un municipio.
Están los que sospechan que el gobierno tomó esta medida para anticiparse al año electoral y debilitar el poder territorial del justicialismo porque varios “caciques” son los más “perjudicados” por la limitación. También están los que entienden que la decisión del gobierno puede ser objetada judicialmente. Si así es, será en la Justicia donde se dará la próxima batalla.
Todas las interpretaciones valen, como también el cuestionamiento sobre la indecisión que mantuvieron sobre el tema anteriores gobiernos. Lo que no podemos es defender privilegios y beneficios corporativos en una democracia fuertemente cuestionada. Todos sabemos los problemas que genera la permanencia en el gobierno de las mismas personas. No es sano que pase lo que hoy sucede, que un “cacique” esté al mando de la comuna durante 16 años. Esto es indefendible.
Distintos intendentes acumularon poder territorial y lo hicieron valer al momento de armar listas, candidaturas y otras cosas. Ahora podrán estar sólo 8 años al frente de una comuna, un período más que el gobernador, y varios menos que los legisladores que no paran de reelegirse. Si la dirigencia política no realiza las acciones para dejar de tensar el vínculo con la sociedad, seguirán tomando decisiones equivocadas. Esta vez acertaron.