Una de cada 5 mujeres será madre antes de finalizar la adolescencia. Es lo que afirma un estudio realizado en países sudamericanos que concluyó que 20% de esas jóvenes tendrá además, para ese entonces, más de un hijo (1 de cada 5 de las que fueron madres).
El informe “Fecundidad y Maternidad Adolescente en el Cono Sur: Apuntes para la Construcción de una Agenda Común”, fue presentado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) e incluyó a Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Paraguay. “Aunque ha disminuido en los últimos diez años, la región del Cono Sur sigue teniendo un problema con el embarazo adolescente que, en la mayoría de los casos, no fue planificado”, indicó la coordinadora, Virginia Camacho.
Las autoridades mendocinas reconocen que se trata de un tema que requiere atención. “Ése es nuestro pan de cada día”, afirmó Roxana Cabrera, ginecóloga y obstetra desde hace muchos años del hospital Lagomaggiore, la mayor maternidad de la provincia, quien además está a cargo del programa de Salud Sexual y Reproductiva.
“Vemos que depende de la idiosincrasia de cada departamento. Para algunas chicas es su proyecto de vida: terminan la secundaria, quieren tener algo suyo y es un hijo. A veces no es el objetivo formar una familia. Otras reproducen el modelo materno o son abusadas”, explicó Cabrera.
La profesional consideró que no siempre se trata de una falla del sistema sino más bien de una elección, aunque a veces el embarazo no se dé en el marco de una pareja o sea con alguien ocasional.
En números
Según el informe en cuestión, entre 15 y 20% de los embarazos registrados en estos países son de adolescentes, una proporción que se mantuvo estable la última década, con leves mejoras en Paraguay.
Por otra parte, si bien persiste el hecho de que muchas adolescentes tienen más de un hijo, se trata de una situación que tiende a la baja.
En Mendoza, 15% de los egresos de las maternidades -públicas y privadas- corresponden a menores de 19 años. pero si se consideran sólo las públicas, la tasa aumenta a 20%. El Valle de Uco y La Paz son los departamentos que arrojan una tasa más elevada.
Mónica Rinaldi, directora de Maternidad e Infancia de la provincia, dijo que para el 30% de esas mujeres se trata de su segundo evento obstétrico (ya sea parto o aborto).
Los adolescentes en Mendoza son 304.827 según el último censo, es decir 17% de la población total: 147.833 son mujeres. La mitad de ellas no tiene obra social y quienes tienen, tan sólo 15% realizan consultas médicas. Esto tiene que ver con una idiosincrasia de la edad: además de presentar ciertos rasgos de rebeldía no siempre tienen verdadera conciencia de los riesgos que corren.
Las que van lo hacen por su primera menstruación o porque practican algún deporte, señaló el subsecretario de Salud, Oscar Sagás. El funcionario detalló que la tasa de fecundidad en la adolescencia temprana (antes de los 15 años) es de 1 cada 1.000, en tanto de los 15 y a los 19 años asciende a 63 de cada 1.000, según datos de 2015. Esto implica una leve mejora respecto del relevamiento anterior de 2013, cuando era de 65 cada 1.000.
Que se produzca un embarazo en esta etapa de la vida conlleva complicaciones de diversa índole. La falta de control antes y durante el embarazo “puede ocasionar bebés de bajo peso al nacer y prematurez, además de un montón de patologías que no se detectaron durante la gestación como enfermedades infectocontagiosas (VIH, Chagas, hepatitis virales)”, dijo Sagás.
Pero en otro plano, la situación modifica su realidad: si la joven estaba estudiando probablemente deje de hacerlo, y si tiene un hijo tan temprano tendrá más chances de quedar relegada a lo doméstico.
Cabrera mencionó además los costos para el sistema sanitario y las dificultades de adherencia a la maternidad y al vínculo, “porque después ella va a querer salir a bailar con las amigas y tiene un embarazo no deseado, una cicatriz, tiene que dar la teta, está cansada, le tiran los puntos, se le lastiman los pezones...”.
Según el informe, el embarazo adolescente también empeora el nivel socioeconómico y reproduce la desigualdad de quienes se encuentran en condiciones de vulnerabilidad.
El anticonceptivo de emergencia, una moda
El acceso a los métodos anticonceptivos y la educación son el meollo del asunto. El informe del Unfpa destaca que Argentina corre con ventaja respecto del resto de los países abordados ya que cuenta con una ley de Educación Sexual, aunque su aplicación es relativa.
Por otra parte, refiere que el acceso a los métodos anticonceptivos encuentra ciertos obstáculos. Camacho dijo que “la falta de acceso efectivo a estos métodos es la principal causa del embarazo adolescente”.
El trabajo evaluó los programas de educación integral de la sexualidad y de los marcos normativos de cada país, como por ejemplo el suministro de métodos anticonceptivos de manera gratuita y el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva en forma autónoma (sin obligación de acompañamiento de un adulto). La conclusión fue que si bien estos países cuentan con buenos marcos normativos y políticas, las estrategias no llegan a ser universales.
Camacho dijo al respecto que “esto se debe a una tensión entre la oferta y la demanda, es decir, muchos servicios que se ofrecen no son amigables o no son oportunos en cuanto a los horarios que se brindan; los jóvenes no se sienten cómodos y por lo tanto no se acercan”.
En Mendoza, Roxana Cabrera ejemplificó que tienen “mujeres de 40 años con muchos hijos y que no quieren ligarse las trompas: una en particular con 20 embarazos y 19 hijos vivos de los cuales dos hijas de 20 y 17 ya tienen sus propios hijos. Está con una inyección anticonceptiva que dura tres meses, pese a que se le ha ofrecido de todo”.
Dijo que en el Gran Mendoza falta información sobre cómo usar el método y que hay que tener en cuenta que el adolescente, por sus características, es un poco irresponsable y rebelde. “Está de moda el anticonceptivo de emergencia, entonces creen que con eso lo resuelven. Pero si has ovulado ya no te protege y no debe ser usado más de dos veces por año. Además, no previene enfermedades de transmisión sexual”, resaltó.
Los funcionarios reconocen que el sistema de salud es expulsivo para los adolescentes, que falta acompañamiento y que no se acercan por temor a las denuncias o los juicios de valor.