La excursión de Godoy Cruz por Córdoba no terminó de la mejor manera. El objetivo del Tomba en su visita a Talleres era traerse tres puntos que le permitieran quedar momentáneamente en la cima de la tabla de posiciones de la Superliga, al menos hasta que ayer Racing y Central jugaran su partido. En su defecto, la meta del Expreso era sumar un punto que le otorgara la posibilidad de extender la racha invicta a 14 partidos y seguir a dos unidades de la punta.
Sin embargo, nada de eso último sucedió: el gol de Junior Arias a los 37 minutos del complemento desvaneció la ilusión como un castillo de naipes y dejó sin invicto como visitante al entrenador Diego Dabove, quien ostenta nada menos que el 77% de los puntos que disputó Godoy Cruz en lo que va de 2018.
¿Fue justa la derrota de Godoy Cruz? Sí. Talleres lo superó en varios pasajes del encuentro y convirtió nuevamente en figura al arquero Roberto Ramírez, quien -antes del gol del elenco cordobés- conjuró cuatro situaciones con destino de red.
Excepto por aquel cabezazo del Morro García que alcanzó a desviar el arquero de la "T" Guido Herrera antes de ser devuelto por el caño izquierdo del arco, a Godoy Cruz le costó horrores lastimar al rival. Especialmente en el primer tiempo, cuando el equipo de Juan Pablo Vojvoda inclinó la cancha e hizo daño con las asociaciones entre Gonzalo Maroni-Tomás Pochettino y el zurdo Juan Ramírez.
Es una realidad que entre los 5' y los 25' de esa primera etapa, el Tomba no logró salir del asedio rival. Talleres lo presionó, le ganó el centro del campo con el tándem que componen el interminable Cholo Guiñazú y Adrián Cubas, y soltó a los laterales (Leonardo Godoy y Facundo Medina) sin reparos. La mayor virtud de la "T" fue justamente explotar el ancho del campo, lo que habitualmente hace Godoy Cruz en un césped del Malvinas con similares características.
Aislado García y ausente el paraguayo Leguizamón, el revulsivo de Dabove para el complemento fue el ingreso de Diego Sosa. El volante ex Boca Unidos hizo lo que pedía el partido: encarar por su sector (el izquierdo) e intentar juntarse con los de arriba. A esa altura del complemento, el Tomba había emparejado el juego y jugaba más en campo de Talleres que en el suyo. La presión local mermó, el Tomba ajustó las marcas y el trámite del juego ya no fue tan vertiginoso como en el primer tiempo.
Más allá de la mejoría, no hubo ninguna situación clara en favor del Tomba en el complemento. El arquero Guido Herrera sólo salvó con el pie una situación que fue invalidada por offside de Santiago García cuando las cosas ya estaban 0-1.
El Tomba volvió a fallar en el juego ofensivo y, como ante Argentinos, casi no pateó al arco en 90 minutos. Todo lo bueno que había mostrado ante Newell's no pudo practicarlo en la Docta, un lugar que definitivamente no le sienta bien.
Dabove y compañía tienen trabajo en estos más de diez días de preparación de cara al duelo ante el Ciclón. Y entre los ítems a pulir, en la libreta del cuerpo técnico, debe estar con resaltador un ítem insoslayable: recuperar la agresividad fuera de casa.