A menos de un mes del inicio del invierno europeo, la ciudad elegida como sede para la final de la Copa Davis 2016 promete tener una temperatura poco usual para esta época del año.
“¡Buena suerte, pero no este fin de semana!”, dijo Mario, un hincha croata. Es que el patriotismo y la euforia son compañeros frecuentes del fútbol, el basquet o el tenis, algo que la televisión local se encargó de destacar en los últimos días, es muy similar a los climas deportivos que se viven en nuestro país.
Por ejemplo en los canales locales hace rato que se emiten imágenes de los tenistas croatas o del título de 2005. El dato sirve para calibrar la importancia que le dan los croatas a esta final.
Croacia está lejos de sentirse saciada, la Davis es una causa tan importante para ellos como lo es para la Argentina.
Hace calor en el invierno croata, sí -esta semana se superarán los 15 grados-, como también lo hacía diez años atrás en Moscú, escenario de la segunda final argentina en la Davis. No se ganó aquella, como no se había ganado la anterior ni se ganarían las dos posteriores.
Este fin de semana se juega la quinta, y nadie puede asegurar que sea la vencida, pero tampoco que no lo sea. Ahí radica el gran atractivo de esta final.
Por lo pronto, Zagreb ya es un hervidero de hinchas argentinos y los locales no se quedan atrás. Todos le ponen un color interesante a la definición, y eso que aún no empezó.
Será a sala llena y, desde el viernes, el Arena Zagreb tendrá una temperatura poco usual cuando se acerca el invierno europeo.