Esta vivienda familiar, ganadora en la categoría “Vivienda individual con límites medianeros parciales o totales” de los Premios Camza Fadea - Arquitectura Construida 2015 es una obra del arquitecto Rodolfo Sardi que busca armonizar las necesidades de una familia con un espacio laboral.
El proyecto se emplaza en un barrio privado al oeste de la ciudad de Mendoza en un terreno de 621,50m2 (24,86m de ancho por 25m de profundidad) que limita en su totalidad con tres lotes de similares dimensiones. El frente se ubica al sur sobre una calle pública. La geografía irregular de la zona brinda una pendiente de 1,80m desde el límite noroeste hacía el límite sur este. Es el lugar escogido por una familia tipo para su vivienda y espacio laboral.
La casa se desarrolla en una sola planta sobre la cota más alta del terreno, compuesta por dos volúmenes que conforman una “U”. En el primer volumen en “L” se desenvuelve la vida familiar, y en el segundo, medio nivel más abajo, funciona el estudio. Estas dos volumetrías envuelven un espacio verde central, al cual se orientan los ambientes de la vivienda aprovechando las visuales y el asoleamiento Este – Norte .
Son dos los ingresos con características diferentes, el de la casa se encuentra en el frente, en donde la puerta principal, acentuada con una escalera, irrumpe la pureza y el rigor de una absoluta austeridad ornamental del volumen de la fachada. Mientras que en el otro extremo y nivel más bajo, el espacio abierto de la cochera funciona de antesala al estudio.
Funcionalmente la vivienda se articula desde el hall de ingreso, esta unidad funcional permite una correcta circulación hacia cada ambiente, sin invadir la privacidad que cada uno requiere. Desde él se puede acceder a la zona de servicios, la cual está albergada en el ciego volumen en voladizo de la fachada sur, generando un límite visual desde la calle a la intimidad familiar requerida en el programa de necesidades, mientras la fachada contra frente se abre hacia el jardín norte a través de grandes ventanales recortados en la parte superior por cubiertas inclinadas.
Por reglamentación interna de la urbanización, el 50% de los techos son inclinados, lo que motivó pensar la casa con esta tipología de cubierta, sin por eso renunciar a la modernidad, obteniendo cualidades espaciales y estéticas que irrumpen lo horizontal. Esta cubierta compuesta por tres planos inclinados articulados longitudinalmente cubren las zonas públicas de la vivienda (estar, comedor y sala de juegos), conformando espacios que se alejan de la intimidad de los techos planos y bajos que cubren el resto de la casa.
Son dos los ingresos con características diferentes, el de la casa se encuentra en el frente, en donde la puerta principal, acentuada con una escalera, irrumpe la pureza y el rigor de una absoluta austeridad ornamental del volumen de la fachada.
La casa se desarrolla en una sola planta sobre la cota más alta del terreno, compuesta por dos volúmenes que conforman una "U".