Ubicada en Noruega; esta encantadora casa de pescadores servía de almacén de pescado. Fue comprada y reformada por un matrimonio como segunda residencia pero conservando todo el sabor auténtico original con aroma a mar.
Las cajas de arenque que se encontraron en su interior fueron reutilizadas para almacenamiento.
Con mucho protagonismo del color blanco, el color de la madera y los toques de azul del mar destacan desplegando toda su intensidad y protagonismo.
Como puede observarse unos listones de madera proporcionan un espacio adicional detrás del sofá para exponer objetos. La puerta totalmente restaurada aporta un toque único al ambiente.
Este aparador repleto de cajones realizados con madera recuperada con inscripciones es realmente divino. Una escalera de cuerdas hace las veces de toallero.