Una de las mayores preocupaciones de los gobiernos y de la sociedad durante los últimos años se centra en la cantidad de accidentes, en muchos casos con víctimas fatales, que se producen los fines de semana, especialmente a la salida de los boliches.
Los afectados son, en su gran mayoría, jóvenes que asisten a los lugares bailables y consumen alcohol en cantidades superiores a las permitidas para conducir en condiciones aceptables; con un agravante: la modalidad que se ha impuesto con las denominadas “previas”, que llevan a los chicos a consumir bebidas alcohólicas antes de ingresar a los locales de diversión. El cóctel suele ser explosivo y las consecuencias, más que lamentables.
La situación provocó que la sociedad se preocupara del tema y que la política respondiera a esa inquietud. Fue así que, en acuerdo con padres y jóvenes, se modificaron los horarios de ingreso y egreso a los boliches y que se determinara que la ingesta de alcohol debía suspenderse con una suficiente antelación al cierre, entre otros aspectos.
Se multiplicaron los operativos de control y los padres aportaron lo suyo, conformando inclusive una asociación al respecto. En los últimos meses, también se han sucedido una serie de videos televisivos, advirtiendo sobre los peligros de conducir alcoholizado, a través de interesantes campañas denominadas “conductor designado” o “si tomó, no te subas”.
Será el tiempo el que permitirá establecer si todo ese conjunto de medidas ha dado los resultados buscados pero, por el momento, se podría anticipar que, en esta primera etapa, son positivos.
Dentro de ese esquema, es valioso también el aporte que surge ahora desde los sectores empresarios, especialmente desde la principal industria de la provincia, la vitivinícola que, en conjunto con el Ministerio de Salud, ha implementado un programa tendiente a impulsar el consumo “responsable” de vino y que tendrá como eje los eventos deportivos.
A primera vista aparecería como una decisión que se antepone a una actividad que busca rentabilidad, pero la ecuación cierra cuando los propios actores señalan que “las bodegas quieren vender, pero mal nos va a ir si no cultivamos un consumo responsable ya que, de lo contrario, quedaría una imagen negativa de la bebida”, dijo uno de los dirigentes, quien apuntaló la idea de un consumo diario moderado y en el marco de las comidas, asegurando que “no es bueno que el fin de semana se haga un consumo abusivo, porque está demostrado que el consumo cotidiano es bueno para la salud”.
Se aseguró en este aspecto que el programa se ha implementado en Europa, desde 2007, con las particularidades propias de cada país, pero con buenos resultados a nivel general.
A diferencia de otras bebidas alcohólicas, en las que se intenta demostrar que el consumo suele estar relacionado con el éxito, la vitivinicultura ha dado una clara muestra de madurez, que termina generando un doble beneficio: en primer lugar, provoca conciencia en los chicos en el sentido de que no es necesario tomar mucho sino que lo importante es disfrutar de la bebida, con lo que se produce un aporte importante a las campañas de prevención; en segundo término, jugando a futuro, en razón de que el consumo moderado resulta beneficioso para la salud.