El Jury de Enjuiciamiento definió hoy, en parte, el futuro del fiscal Juan Manuel Bancalari. El tribunal integrado por los 7 jueces supremos y 14 legisladores decidió archivar una de las denuncias en su contra y avanzar en otra, donde está sospechado de beneficiar a amigos en una causa en la que no se inhibió.
En realidad eran tres los expedientes que debía analizar el Jury, pero uno de esos expedientes era una ampliación de una denuncia anterior.
Entonces, la primera denuncia, realizada por el el abogado Carlos Castillo y en la que se indica que el fiscal intervino en un puñado de causas en las que su hermana Silvia Bancalari, y su sobrina Ximena Morales, eran las defensoras, quedó archivada.
La segunda, presentada por el abogado Carlos Moyano, acusa al fiscal de haber fraguado un expediente judicial para beneficiar a amigos. El caso es embrollado. En 2014, Moyano inicia una causa por estafas contra el contador Jorge Rodríguez, apoderado de la empresa Dencosur.
Con el correr del expediente, Moyno pidió investigar también a Mariano Polvorinos, quien mantiene una amistad con Bancalari, jugaron juntos al rugby en el club Los Tordos
En esta segunda denuncia, el Jury resolvió suspender el procedimiento de la causa hasta el próximo jueves diez de noviembre.
La historia se vincula a un local comercial de 1.400 metros cuadrados de calle San Martín de Godoy Cruz, a metros de calle Alvear. Allí Moyano, junto a un socio, instaló el bowling: Tork.
La tercera causa era una ampliación que realizó Moyano sobre la denuncia anterior, pero esta también fue desestimada por el Jury.
Sobre todas las denuncias, Bancalari habló con Los Andes, y se defendió, sin obviar que la política está metida en el medio.
Bancalari, quien se desempeñaba como fiscal especial, pasó a ser titular de la Unidad Fiscal de Sustracción de Automotores, una de las nuevas unidades especializadas creadas por el nuevo Procurador de la Corte, Alejandró Gullé.
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