Luis Enrique y Gerardo Martino pueden tener más de un lazo en común, pero la principal causa que los vincula es el deseo de recuperación de Lionel Messi, jugador fundamental tanto para el Barcelona como para el seleccionado nacional.
El tratamiento de La Pulga marcha según lo planeado y ayer se lo pudo observar caminar sin las muletas que necesitó durante este tiempo, tras la rotura del ligamento lateral interno de su rodilla derecha el pasado 26 de setiembre. De todos modos, le restan aún siete semanas de rehabilitación para volver a las canchas.
Messi arrancó este lunes la segunda fase de su recuperación con un fisioterapeuta tras haber tenido su pierna inmovilizada durante una semana.
En aproximadamente quince días, Leo recibirá a Luis García, kinesiólogo de la Selección argentina y persona de su confianza, para trabajar juntos en las siguientes etapas.
El Barcelona lo extraña: el equipo no logra acomodarse en el terreno de juego tras la baja de Messi y de Iniesta. El último fin de semana, el conjunto catalán perdió ante el Sevilla por 2-1. Antes, la ajustada victoria ante el Bayer Leverkusen alemán por la Champions League había sembrado más incertidumbre.
Si bien nadie quiere aproximar fechas, los hinchas del Barcelona imploran que el mejor jugador del mundo llegue a disputar el clásico ante el Real Madrid, el próximo 21 de noviembre. De llegar, sería con lo justo y nadie quiere apurar los tiempos.