Lanús buscará el miércoles redimirse de su reciente derrota en la Recopa Sudamericana, ante Atlético Mineiro, con el título de la Copa Suruga, ante el Kashiwa Reysol japonés, un torneo que no Sudámérica no gana desde 2009.
Este final se disputa desde 2008 entre el campeón de la Copa J-League japonesa y el vencedor de la Sudamericana, por lo que la representación de la Conmebol corresponde en esta ocasión al Grana, equipo que tendrá una buena ocasión de dejar atrás la decepción por haber perdido el 24 de julio la Recopa Sudamericana, ante el Mineiro, campeón de la Libertadores.
El equipo que entrena Guillermo Barros Schelotto, que había perdido en casa 1-0, consiguió enviar ese duelo a la prórroga. El equipo brasileño, no obstante, acabó llevándose el título con dos autogoles argentinos, de Gustavo Gómez Portillo y de Víctor Ayala.
“Más allá de haber perdido la Recopa, la imagen que dejamos como equipo y club fue excelente”, declaró Barros Schelotto antes de partir a Japón, donde los granates tienen el “desafío de ganar esta Copa (Suruga)” en el país de su rival.
Es más, el DT no cree que lo ocurrido ante Atlético Mineiro pueda tener repercusión contra el Kashiwa: “Son situaciones y partidos diferentes. Lo importante será ganar. Ellos tratan de manejar la pelota, de llegar por los costados y de terminar la jugada, de meter un centro rápido”.
El Kashiwa Reysol está actualmente octavo en el torneo local (de 18 equipos), con 27 puntos, a 10 unidades de los líderes, Sagan Tosu y Urawa Reds.
Pese a no ser uno de los grandes del fútbol nipón, el equipo de Kashiwa acumuló varios títulos desde su regreso a la J-League en 2010, de la mano del veterano DT brasileño Nelsinho Baptista.
El equipo que adoptó como sobrenombre la unión de las palabras (en español) ‘rey’ y ‘sol’ ganó su primera liga en 2011, la Copa del Emperador el año siguiente y la Copa de la Liga en 2013.
Además, en 2011 participó en el Mundial de Clubes, finalizando en una meritoria cuarta posición, tras vencer en cuartos al Monterrey mexicano en los penales y perdiendo en semis ante el Santos brasileño, y en 2013, jugó las semifinales de la Liga de Campeones asiática, algo que no conseguía un club japones desde el Nagoya Grampus en 2009.
La historia de este torneo, que nació en 2008 como una muestra de las relaciones entre la Conmebol y la Federación Japonesa (JFA), tiene por el momento claro color asiático.
El Arsenal argentino y el Internacional brasileño lograron las dos primeras ediciones, pero los equipos japoneses se han impuesto en las cuatro últimas: FC Tokyo (2010), Jubilo Iwata (2011) y el Kashima Antlers, el gran rival del Reysol, en 2012 y 2013.
