Fue un 1° de mayo distinto en la Legislatura, con un escenario casi desierto. Las calles lucieron vacías de militantes y manifestantes, tampoco estuvieron las vallas rodeando la Casa de las Leyes.
A primera hora de la mañana se desplegó un reducido operativo policial. Los uniformados cortaron la Peatonal a la altura de España y la calle Patricias, entre Rivadavia y Espejo. Además, formaron un cordón humano cercando el frente del edificio.
Solo policías y un puñado de trabajadores de prensa estuvieron por el lugar; ni siquiera apareció algún vecino curioso o un empleado de comercio. Es que al aislamiento social que rige en el Gran Mendoza por el coronavirus,se sumó el feriado nacional, por lo que el movimiento fue casi nulo.
La sesión empezó puntual: a las 9.15 el vicegobernador Mario Abed y el presidente de Diputados, Andrés Lombardi, izaron la Bandera. Unos minutos antes de las 10, el gobernador Suárez llegó a la Legislatura. El auto oficial se estacionó sobre Patricias -no en España como es habitual- y la acostumbrada caminata de una cuadra de la mano de la esposa saludando a la militancia se cambió por unos pocos pasos desde el auto a la puerta de la Legislatura. El primero en saludar al mandatario provincial fue el jefe de la Policía, Roberto Munives, y al pie de la escalera lo esperaban Abed y Lombardi.
Solo y en silencio
La emergencia sanitaria y el aislamiento social obligaron a modificar la típica Asamblea Legislativa -que todos llaman "la fiesta de la democracia"- en la que desde temprano desfilan legisladores, asesores, personalidades de la política. Pasillos llenos, credenciales de todos los colores, risas, abrazos y un bullicio ensordecedor eran una costumbre pero este año todo fue distinto.
El silencio fue una constante que se interrumpió solo en dos momentos: al principio y al final del discurso del Gobernador. A pesar de que Suárez hizo múltiples anuncios y que los pocos presentes eran oficialistas, no estallaron las palmas en señal de aprobación como suele pasar cada 1° de mayo.
Suárez tampoco tuvo contacto con la prensa. Habitualmente, el gobernador camina por la Peatonal, dice unas palabras, entra a la Legislatura, da el discurso y al final vuelve a dar apreciaciones. Esta vez entró en silencio y se limitó a un breve gesto en señal de saludo.
Despliegue tecnológico
Para transmitir en vivo el discurso de Suárez y contar con la presencia virtual de los 48 senadores y los 38 diputados, la Legislatura tuvo que desplegar tecnología para que todo saliera a la perfección.
La modernización de la Casa de la Leyes empezó hace varios años durante la gestión de Laura Montero, se perfeccionó con las transmisiones en vivo de las sesiones e hizo un salto con las sesiones virtuales que empezaron con la cuarentena.
Cuando se inauguró el Anexo, se dejó prevista una sala con un videowall (pantallas de televisión que emiten una sola señal) y una red sobredimensionada previendo los avances tecnológicos. Allí se hacen las sesiones on line.
Pero el Gobernador decidió que daría el discurso en el recinto, por lo que se montó una gran pantalla led y se contrataron cinco cámaras extras para hacer una buena transmisión en vivo.
"Contratamos Zoom porque es la mejor en relación a uso de ancho de banda, calidad, seguridad y disponibilidad", explicó el responsable técnico de la Legislatura, Guillermo Calleja: "Como el edificio está vacío está liberado el ancho de banda, de los 8 MB solo estamos usando 3 MB. Si llegara fallar la conexión del Senado se puede pasar al proveedor de Diputados y como último recurso podemos usar la red 4G de los teléfonos celulares".
Agregó que la logística fue similar a la de cualquier 1° de mayo, con la diferencia de que no hubo gente en el edificio. Para resolver el problema de la cantidad de rostros que se debían ver en la pantalla gigante, contrataron cuatro usuarios (uno por pantalla) y así repartieron todos los legisladores.
El secretario legislativo, Pablo Gómez, indicó que para garantizar que la transmisión fuera exitosa estuvieron admitiendo a los diputados y senadores en Zoom desde las 8.30.