La antena de la Estación DS3, emplazada a 45 kilómetros al sur de la ciudad de Malargüe, cumplirá desde hoy un rol fundamental en el lanzamiento desde Cabo Cañaveral (Estados Unidos) de la misión Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea (ESA), en colaboración con la NASA.
La nave, equipada con paneles solares termorresistentes y una antena de alta ganancia y alta temperatura, viajará hacia el Sol para tomar las primeras imágenes de los polos norte y sur, además de aportar nuevos datos sobre la conexión de la Tierra con nuestra estrella.
Una vez que se concrete el lanzamiento, por la rotación de la Tierra, la estación malargüina será estratégica para suministrar telemetría y telecomando a la misión en la fase temprana y también en el lanzamiento.
Actualmente desde la antena DS3 brindan soporte a otras misiones que están en pleno desarrollo, pero en este caso, la importancia de la misión Solar Orbiter está radicada en que la nave irá hasta donde ninguna otra ha llegado.
"Este domingo (por hoy) se lanza una misión conjunta de la Agencia Espacial Europea y la NASA, denominada Solar Orbiter, que tiene como objetivo estudiar el Sol. La misión lleva a bordo 10 instrumentos y tiene la particularidad que orbitará al sol a un tercio de la distancia entre él y la Tierra" contó a Los Andes Diego Pazos, director de Sistemas y Operaciones Satelitales de Telespazio.
"La misión va a estar muy cerca del sol, sometida a muy altas temperaturas, alrededor de 500°C. Otra particularidad es que trabajará en una órbita inclinada, lo que le permitirá ver al Sol desde distintas latitudes respecto de las que se observan desde la Tierra", agregó Pazos.
Durante su viaje la nave estudiará de cerca el Sol y la heliósfera interior (las regiones inexploradas y más cercanas a nuestra estrella), para así comprender, e incluso predecir, el comportamiento errático de la estrella de la cual dependen nuestras vidas. En su punto más cercano, la Solar Orbiter se acercará al sol más de lo que ninguna otra misión con capacidad de tomar imágenes haya logrado. Así, proporcionará datos e imágenes únicas. También enviará datos sobre el lado no visible desde la Tierra.
Esa cercanía hará que el satélite deba soportar potentes emisiones de partículas atómicas procedentes de explosiones en la atmósfera solar.
La ESA tiene tres estaciones de observación del espacio lejano o profundo: una en España, la otra en Australia y la tercera en nuestro país, más precisamente en Malargüe.
La asistencia con telemetría y telecomando a la misión desde la estación en el sur mendocino comenzará desde las cuatro o cinco horas posteriores al lanzamiento. Ocho profesionales, todos argentinos que están radicados en Malargüe, estarán al mando de la DS3. Pero la labor no acaba ahí: una vez que el satélite esté en órbita de trabajo, le dará soporte permanente.
La misión tiene aproximadamente unos dos años de viaje hasta estar en la órbita del sol y, una vez ubicada, permanecerá otros dos años más.
“En la misión hay instrumentos ópticos, de interfenometría, sensores de radiación y otros que ayudarán a comprender el comportamiento del sol, las tormentas que genera y tener una visión desde distintas latitudes para poder comprender mejor cada uno de los fenómenos que produce”, amplió el científico.
En un día normal, la estación Malargüe brinda soporte a cuatro misiones: Euclic, BepiColombo (viaja a Mercurio), Mars Express y Exomars, misiones que vuelan a Marte.
La finalidad de la ESA es el estudio del espacio con fines pacíficos.
Mal estado
Es casi una paradoja: desde la estación en Malargüe se puede llegar hasta los confines del espacio, pero transitar 26 kilómetros por tierra, en la ruta 186, es una misión casi imposible.
El Estado argentino había asumido el compromiso, con la Agencia Espacial Europea (ESA), de pavimentar la ruta 186 desde la ruta nacional 40 hasta la antena DS3, unos 26 kilómetros. Pero está en veremos.
La 186 es una ruta provincial, pero ese tramo fue traspasado a la Nación con el fin de que cumpliera el acuerdo sellado con los europeos. La quiebra de la empresa concesionaria (Danilo De Pellegrin) hizo que la obra se judicializara y hasta el momento se encuentra paralizada.
El camino es casi intransitable porque además de los profesionales que van hasta la antena DS3, circulan vehículos de carga de los yacimientos petroleros de la zona, camiones ganaderos, particulares y visitantes que concurren a laguna Llancanelo, Volcán Mala Cara y Payunia, parte de los atractivos turísticos que ofrece el sur provincial.
Desde la comuna malargüina habían asumido el compromiso de construir un puente doble sobre el río Malargüe para remplazar al actual, que muestra serias averías. Esa obra también está dentro del listado de incumplimientos.
No es abierto al público
Desde la estación espacial DS3 en Malargüe descartaron que se vayan a producir fenómenos extraños o impactantes en el cielo y que se puedan observar a simple vista, por lo que los curiosos nada tendrán que hacer.
"Para nosotros será como un día de trabajo más, por eso recomendamos a la gente no acercarse a la zona de antena porque no observará ningún fenómeno extraño, más allá del lento movimiento del aparato. No hay nada para ver", aclaró Diego Pazos, director de sistemas y operaciones satelitales de Telespazio.