En 1952 un grupo de niños ingresaba al primer día de clase de sus vidas al grado inicial del Colegio San José de los Hermanos Maristas, que en esa época se llamaba “infantil”.
Pasaron los años y muchos de esos chicos se convirtieron en jóvenes, en hombres, en maridos, profesionales y en su mayoría abuelos que hoy superan los 72 años de edad.
Ese contingente original se fue engrosando con otros que venían de distintos colegios pero se integraban rápidamente.
En 1964 nos recibimos de bachilleres y nació así la promoción 1964 y empezaríamos a caminar por distintos rutas, pero sin olvidarnos de nuestros compañeros y amigos de siempre. Aunque por encima de relatar los vaivenes de la vida de ese grupo quiero referirme al principio de amistad que siempre nos unió.
Muchos queridos compañeros quedaron en el camino de la vida como custodios del paso de sus amigos. Para ellos nuestro recuerdo imborrable y permanente.
Del paso por el colegio nos viene a la memoria el recuerdo imborrable de los hermanos Atilio, Bonifacio, Taciano y Teofano, por citar algunos.
Entre los profesores una mención especial para Gustavo Neuman, ex tripulante del Graf Spee.
Con el paso de los años esas juntadas se hicieron más frecuentes hasta convertirse en una obligación mensual.
Recuerdos y anécdotas que siempre superaban el escaso tiempo de la reunión.
Este año cumplimos 55 años de nuestro egreso por la puerta principal del querido colegio “San José” de la calle San Martín.
Dos coordinadores son los encargados de reunirnos logrando casi siempre asistencia perfecta. Para ellos nuestro agradecimiento por esta noble tarea: Joaquín Cerami (A) y el querido Lito Domínguez (B).
A esta altura de nuestras vidas queremos resaltar nuestro sincero homenaje al Colegio Maristas por habernos hecho que nos conociéramos e inculcarnos el carisma marista en el que la amistad superó al tiempo.
A nuestros maestros, profesores y hermanos nuestra eterna gratitud por enseñarnos el camino a llegar hasta donde hoy hemos llegado.
Rodolfo E. Roig
DNI 8.152.230