Encontrar un trabajo estable y bien pago en el sector privado o al menos no sufrir precarización es complejo para cualquier ciudadano que resida en una Argentina volátil y de crisis cíclicas, pero esto se agrava si se es mujer.
Esta dura realidad para las mujeres se desprende del informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina, de la Universidad Católica (UCA), titulado "Heterogeneidad y fragmentación del mercado de trabajo".
La paridad de género y la brecha salarial son los principales reclamos laborales de las mujeres en la Argentina. Según el Informe Mundial sobre Salarios 2018/2019 de la la Organización Internacional del Trabajo (OIT) las mujeres cobran un 20% menos que los hombres el promedio mundial y un 25% por debajo en la Argentina y de acuerdo con estimaciones de la Comisión de Estudios para América Latina (CEPAL), en América Latina las mujeres ganan un 84% de los ingresos que registran efectivamente los hombres por tareas similares.
Ahora, el informe de la UCA muestra una radiografía de la complejidad del mercado laboral para las mujeres que viven en la Argentina, principalmente en los sectores de menor preparación profesional.
Según la UCA las mujeres poseen una probabilidad un 40% menor que los hombres de encontrarse trabajando en un empleo pleno de derechos laborales y una probabilidad un 50% mayor de encontrarse trabajando en el sector micro-informal (al menos sin un derecho laboral garantizado) que los varones, aún en actividades iguales.
El estudio no obstante aclara que "el sector de inserción de la estructura productiva y el nivel socioeconómico del hogar de pertenencia poseen un peso marcadamente superior que los factores de carácter personales como el sexo, la edad o el nivel de instrucción".
Y agrega que a pesar de no ser factores con fuerte determinación se identifica a las mujeres, los jóvenes y los trabajadores de nivel educativo bajo como los que poseen más inconvenientes en la obtención de un empleo pleno de derechos.
Las ocupaciones más presentes en las mujeres son el trabajo por cuenta propia no profesional (45,4%) y el servicio en hogares (22,9%). Mientras que la mitad de los varones (57,9%) realizaban actividades como cuentapropistas no profesionales.
Según variables demográficas y socioeconómicas, se observa que el grupo de trabajadores del sector micro-informal posee una mayor proporción de mujeres que el sector privado formal, el 41,7% en comparación con el 31,8% del resto del sector privado; por otra parte las mujeres representan el 56% de los empleados del sector público y el 40,3% del total de ocupados.