Una cátedra de fútbol brindó el Atlético Argentino en el estadio de Andes Talleres. La Academia ganó por juego, coraje, actitud y efectividad.
Fue 3-0 ante el Matador, equipo que venía de 8 juegos sin conocer la derrota. En líneas generales, ambos conjuntos tienen la misma premisa para plantear los partidos.
Balón al ras del piso, mucha posesión, línea de tres en el fondo y una vocación ofensiva ilimitada. Y en ese ida y vuelta fue Matías Pérez, arquero de Argentino, el que se robó todos los aplausos, porque le tapó dos cabezazos abajo de los tres palos a Franco Omar Videla y Agustín Sanfilippo.
Pero la Academia tuvo lo suyo y cada vez que la pelota pasó por los pies de Matías García, apareció una fantasía, un toque distinto y esa diferencia la aprovechó Alvaro Veliez, quien tuvo a maltraer a toda la defensa Azulgrana.
La apertura del marcador llegó tras un falla del portero Azulgrana. Córner, agarró la pelota, se le escapó en el área chica y Ojeda sólo la tuvo que empujar y al entretiempo.
En el complemento, Argentino justificó la victoria desde todo punto de vista. Fue superior al Matador en todos los sectores del campo. Fiel a su historia: buen trato de balón, toques cortos y cuando la situación lo amerita, cada jugador deja el alma y el corazón.
Argentino sufrió la expulsión de Lucero, pero inmediatamente, en Talleres se fueron expulsados Nico Sanfilippo y Zandanel.
El equipo de Hernández, a pesar de la desventaja numérica, adelantó sus líneas y eso fue letal.
Con dos definiciones exquisitas, una de Veliez y otra de Alcázar, Argentino goleó 3-0 y sueña con pelearle al Atlético Club San Martín, que venció a Rivadavia 3-0.