Un zapatazo y otro Tombazo Monumental

El equipo fue sólido y cumplió a la perfección el libreto previo. Ganó con justicia de principio a fin. Va por buen camino el elenco del Gallego.

Un zapatazo y otro Tombazo Monumental

En los libros de la previa la idea estaba clara: presión alta, paciencia para los momentos de tenencia de pelota y contundencia al momento de pisar el área de River.

Y con la fórmula bien metida en la cabeza, el Tomba salió a plasmarla en cancha y a la hora de los bifes no se achicó. Se sabía que el Millonario iba a salir con todo, por eso la mayor virtud del elenco de Méndez debía ser aguantar el aluvión para comenzar a meterse en juego.

Mientras el dueño de casa era vértigo puro, el Expreso se fue acomodando y mirando de reojo a Barovero con un sistema que incomodó más de la cuenta a los muchachos del Muñeco. Esto generó un Tomba dueño y amo señor del medio que salió rápido para Ayoví y el Morro, siempre más despiertos que los defensores locales.

Pensando en el duelo del domingo frente a Rosario Central y en el del jueves próximo ante Trujillanos, por la copa Libertadores, Marcelo Gallardo optó por preservar a la mayoría de los futbolistas que habitualmente son titulares y presentar una alineación alternativa, que de entrada tuvo serias dificultades para hacer pie.

En ello influyó la propuesta de Godoy Cruz, que no se vio intimidado por el escenario y el rival y planteó un partido inteligente, favorecido por la temprana ventaja.

Tenía que acertar una y lo hizo a través de Viera, tras una enorme jugada de Pol Fernández y un posterior rebote de Barovero ante Ayoví. Después el ecuatoriano y el uruguayo desperdiciaron dos grandes ocasiones ante Trapito. Sí. Era para liquidarlo y enmudecer el Monumental. Todo a favor del Bodeguero para dar el batacazo...Y la historia con más capítulos para contar.

Pero cuando perdonás en el área contraria, podés tener tu condena en la propia. Con un River desdibujado, el mendocino Pity Martínez se sacó el peso de todo el estadio de encima y metió el balón en el ángulo. Sin merecerlo el Millo respiró y dejó abierta la puerta del partido.

Y la novela empezó a tener otros intérpretes, porque River fue el que presionó mejor y se soltó sobre el campo tombino. Así planteado, el Tomba encontró espacios y volvió a perdonarle la vida al elenco de Gallardo.

Estaba todo para el empate, menos para Gabriel Carabajal que clavó un remate tremendo en el ángulo izquierdo del arco de Barovero e hizo delirar a toda la Bodega. Otro Tombazo Monumental.

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