Lo sucedido días pasados, durante la Fiesta Provincial de los Estudiantes, en cuyo transcurso se proyectó un video que contenía fuertes críticas a los presidentes constitucionales desde 1983, pero enfatizando subjetivamente a favor del período kirchnerista, constituyó en los hechos una jugada desubicada y de muy mal gusto en razón de que no se trataba de un acto partidario sino de una convocatoria general a chicos que habían concurrido con una motivación absolutamente distinta.
El video, de poco más de 5 minutos, se inicia con un repaso de los duros años de la dictadura militar y pone énfasis en la Noche de los Lápices.
A partir de allí hace alusión a las alternativas que se fueron dando en el país pero con un aspecto llamativo, en razón de que no destaca ningún hecho positivo en el período 1983-2003 y a partir de ese momento el discurso cambia drásticamente -incluyendo otro tipo de música, más amena y optimista- cuando se refleja la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia y su continuidad con Cristina Fernández.
Fue elaborado por la Dirección Provincial de la Juventud, un organismo que, de acuerdo con lo que indica su sitio en Internet, depende del Ministerio de Desarrollo Humano, Familia y Comunidad y es el encargado de “garantizar el disfrute de los derechos de los adolescentes y jóvenes, mediante acciones de promoción humana y comunitaria, orientadas a cimentar lazos solidarios y cooperativos”, pero de ninguna manera está orientado a elaborar videos con un alto contenido de adoctrinamiento político.
No deja de llamar la atención tampoco la reacción de la agrupación kirchnerista La Cámpora que, ante las críticas formuladas por un dirigente radical, salió a afirmar que esos dichos “estigmatizan la participación juvenil y la militancia”.
Hay un hecho cierto y concreto: en los últimos años se ha multiplicado el interés de los jóvenes por la política, luego de mucho tiempo en que se había producido un alejamiento, como consecuencia esencialmente de aquellos aciagos momentos en que la actividad política había quedado absolutamente devaluada y los dirigentes no podían caminar por las calles por aquel famoso “que se vayan todos”.
Pero ese renovado interés no es fruto de un partido ni del “milagro” producido por La Cámpora sino que responde a la necesidad de los jóvenes por recuperar espacios en los distintos partidos políticos.
Otro ejemplo de la madurez política alcanzada por los jóvenes se dio con las respuestas que los chicos dieron cuando fueron consultados sobre el video. La gran mayoría coincidió en que se trató de una visión incompleta sobre lo sucedido durante los últimos años en la Argentina.
Lo calificaron de “video de campaña política” y rechazaron abiertamente que el “propagandismo” haya sido incluido en una fiesta de los estudiantes.
Hasta demostraron un alto grado de apertura democrática al señalar que los extremos no son buenos y que ningún gobierno fue perfecto, pero que todos tuvieron sus “cosas buenas y cosas malas”, incluyendo a la actual gestión gubernamental.
Gran parte de la dirigencia política, incluyendo sectores del justicialismo, manifestaron su desagrado por la proyección del video durante el acto de la juventud.
Es de esperar que se haya tratado sólo de un error o de una actitud desubicada de un organismo que ha sido creado para cubrir otros objetivos. La adhesión de los jóvenes se gana con hechos concretos, dejándolos decidir con libertad y no con la proyección de videos que, además de distorsionar la realidad, confunden a los chicos con un acto de propaganda de escaso nivel institucional y de muy pobre valor histórico.
