Un tiempo que no fue hermoso

Hace casi 20 años, con el retorno de referentes como Oldrá, Abaurre e Iglesias, Godoy Cruz comenzaba a desandar una mala temporada en la B.

Un tiempo que no fue hermoso
Un tiempo que no fue hermoso

Recurrir al ejercicio de la memoria suele ser necesario para entender el presente. Y si Godoy Cruz se convirtió en una institución modelo con un equipo protagonista que se atreve a pelearle el título de la Superliga nada menos que a Boca Juniors y a pesar de la desigualdad en el presupuesto de uno y otro club, en gran parte se debe al valor agregado que otorga la experiencia.

Hace casi 20 años, el Tomba comenzaba a desandar su camino en la temporada 98/99 del Nacional B. El proyecto de la dirigencia se enfocó en retomar su estirpe de club formador de futbolistas e intentó apuntalar los cimientos del proyecto con el regreso de futbolistas con ascendencia sobre el grupo como Daniel Oldrá, Humberto Lentz, Alejandro Abaurre, Rafael Iglesias. Además, contrató a un entrenador con el que en 1986 había tenido un papel protagónico en el torneo de la Liga Mendocina de Fútbol: Eduardo Grispo.

Sí, aquel back central que como jugador había descollado en River junto a José Manuel Ramos Delgado, volvió a Mendoza tras hacer un estupendo trabajo en Olimpo de Bahía Blanca, al que supo llevar por primera vez en la historia del Aurinegro a la máxima categoría, en 1984.

Otro hijo pródigo del club, como el Ruso Marcucci, sería su ayudante de campo.

A pesar de las expectativas generadas en los hinchas y en la dirigencia, lejos estuvo de ser una temporada provechosa para el bodeguero. Y pese al punto de partida en el derby cuyano jugado en San Juan (1-1), se mantuvo ocho partidos sin conocer la victoria. Lo que mal empieza, mal acaba.

La primera perla llegó ante Douglas Haig ¡en la novena fecha!, lo que gestó una mini rachita que continuó con un empate en Salta ante Gimnasia y Tiro y la gran goleada (5-1) frente a San Martín de Tucumán en el Gambarte.

Pero la ilusión se extinguió  como arena entre los dedos y, luego de cinco partidos sin ganar (con 4 derrotas), Grispo tuvo que dar un paso al costado y el uruguayo César Vega, quien había sido asistente de Grondona y estaba en la Lepra con Pablo Comelles, se hizo cargo. El equipo mejoró e hilvanó varios resultados positivos, como la magnífica victoria ante el puntero Instituto de Córdoba, que fue la única en condición de visitante en toda la campaña. Al menos se hizo fuerte de local y ganó cinco de siete. Eso sí, perdió los dos clásicos ante el Chacarero (0-3 y 0-2), uno de los cuales le posibilitó a San Martín quedarse en la categoría. En el Reducido, ‘Cipo’ lo dejó en el camino.

Julio Vega, presidente de Godoy Cruz entre 1982 y 2005: “Pedirle la renuncia a Grispo fue como un puñal al corazón”

“El estatuto del club decía que el responsable del fútbol profesional debía ser el vicepresidente, entonces el doctor Oscar Mellado (abogado penalista) asumió ese rol y puso como condición que volviera Eduardo Grispo, un entrenador y persona muy querida por él. Recuerdo que en una reunión Mellado dijo que había que volver a las fuentes con los chicos del club y que íbamos a desandar un período de transición. Se armó el proyecto sobre esa base y volvieron al club jugadores históricos como Oldrá, Lentz (a quienes el DT ya había tenido en su paso anterior), Iglesias, Abaurre y Lama. Lamentablemente no obtuvimos los resultados esperados y tener que pedirle la renuncia fue como un puñal al corazón”.

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